La Opinión de A Coruña

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El precio del carburante sube tras el anuncio de recorte de la OPEP

La Agencia Internacional de la Energía alerta de que la decisión de los productores de petróleo puede causar una recesión mundial

Dos automóviles repostan en una gasolinera. | // MARTA G. BREA

Tras cinco semanas de caídas, el precio de los carburantes ha vuelto a subir al calor del anuncio de los 23 grandes países productores de petróleo, enmarcados en el cártel OPEP +, que decidieron la semana pasada recortar su producción en 2 millones de barriles diarios (el 2% de la oferta mundial), pese a las plegarias de Occidente por hacer lo contrario. La reacción ha sido la pretendida: la subida de precios del crudo. Y esto ha contagiado a los carburantes. Habrá que ver cuánto y hasta cuándo, pero la Agencia Internacional de la Energía (AIE) alerta de que esta reducción de oferta puede provocar la recesión de la economía mundial.

La decisión de los trece miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), liderados por Arabia Saudí, y sus diez socios, encabezados por Rusia, que conforman la OPEP +, provocó que la semana pasada la gasolina subiese un 2,1%, hasta una media de 1,711 euros por litro, y el diésel, un 2,6%, hasta los 1,856 euros por litro, según el Boletín Petrolero de la Comisión Europea publicado ayer. De hecho, si se observa el precio medio diario, a través del geoportal del Ministerio para la Transición Ecológica, fue precisamente el 5 de octubre, el día del anuncio, cuando se inició la senda alcista.

Y eso pese a que el recorte de la producción no se producirá hasta noviembre, pero la simple previsión de que eso ocurra ha provocado la subida del 7% de los precios del crudo (barril Brent) en el mes de octubre tras un alza acumulada del 25% desde verano. Y esto rápidamente ha contagiado al precio de las estaciones de servicio por lo que se conoce como efecto cohete que no es otra cosa que la réplica inmediata de las subidas de precios de los carburantes, cuando crece el índice de precios de referencia, mientras que en el caso contrario (cuando el mismo disminuye) se produce un efecto pluma, con un contagio algo más tardío.

Los carburantes todavía están lejos de los máximos alcanzados en verano, cuando en julio la gasolina alcanzó los 2,141 euros por litro y el gasóleo los 2,1. En el caso de la gasolina se trata, además, de un precio inferior a los niveles previos a la bonificación de 20 céntimos por litro aprobada por el Gobierno a finales de marzo (1,818 euros), no así en el caso del diésel (1,837). Pero la Agencia Internacional de la Energía (AIE) pone el acento en lo que está por llegar, no para los conductores, sino para el conjunto de la economía global debido a que una subida de precios de la energía presionará todavía más al alza la inflación de todos los países.

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