La Opinión de A Coruña

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El Supremo valida los despidos en Alcoa y el finiquito lo cobrarán si no hay impugnaciones

El Alto Tribunal da el visto bueno para que los exempleados reciban 60 días por año trabajado y 10.000 euros | El auto no es firme y puede ser denunciado en el plazo de un mes

Protesta de trabajadores de Alu Ibérica el pasado mes de marzo. | // CABALAR

La Sala de lo Social del Tribunal Supremo dio ayer un nuevo paso para que los 295 trabajadores de la planta de Alu Ibérica (antigua Alcoa) en A Coruña —a los que se les unen los 243 de la fábrica de Avilés— cobren las indemnizaciones que pactaron con la empresa.

Casi seis meses después de ser despedidos, el Alto Tribunal ha dado su beneplácito al acuerdo alcanzado entre el grupo Alcoa y los representantes de los trabajadores. Las plantillas de Alu Ibérica de A Coruña y Avilés dieron a principios de abril su conformidad en un referéndum al acuerdo con la multinacional por el que aceptaron renunciar a la vía judicial contra la compañía a cambio de que esta abonase las indemnizaciones para el conjunto de los trabajadores.

Pero antes de llegar al Tribunal Supremo, el acuerdo tuvo que salvar la aprobación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de las dos fábricas por parte de las autoridades laborales de Galicia y del Principado. Y, luego, que los juzgados de lo mercantil (de A Coruña y de Oviedo) que vigilan las dos fábricas lo aprobasen definitivamente.

Ahora, el acuerdo ya validado por el Supremo supone para los trabajadores cobrar las indemnizaciones pactadas con la multinacional a cambio de desvincularse de la misma y liberarla de toda responsabilidad penal en la venta frustrada a Parter Capital (que la rebautizó como Alu Ibérica y la revendió a Grupo Industrial Riesgo). El pasado 15 de septiembre, los representantes de los sindicatos que tenían presencia en la empresa y los de Alcoa ratificaron ante el Supremo el acuerdo suscrito por ambas partes el pasado mes de abril.

El acuerdo recoge una indemnización para cada uno de los 538 operarios de las dos plantas de 60 días por año trabajado sin límite de años hasta julio de 2021, lo que supone un desembolso para la compañía de unos 70 millones.

El auto no es firme, ya que puede ser impugnado en el plazo de un mes. Si pasan 30 días sin que nadie lo denuncie se hará efectivo. Y en este punto entran los dos grupos de trabajadores, tanto de A Coruña como de Avilés, que se encontraban en la plantilla de Alcoa cuando esta firmó el primer despido colectivo, y que durante los últimos meses han presentado recursos a los pactos que se tomaron. Reclaman incorporarse al acuerdo indemnizatorio pese a que en el momento en el que se firmó ya estaban fuera de la compañía. Si hay impugnaciones, el juez tendrá que resolverlas y si no las hay se habrá dado el penúltimo paso para que los casi 300 trabajadores de Alcoa Coruña cobren su finiquito.

Porque el proceso aún no acabaría ahí. Una vez que se resuelvan las impugnaciones, si las hay, los trabajadores deberán desistir de otro conflicto con la empresa que tienen denunciado en la Audiencia Nacional. Sería el último paso. Entonces, sí que cobrarían las indemnizaciones en el plazo de 14 días a contar desde esa fecha. Fuentes de los empleados confían en que todo acabe antes de finales de año.

El juzgado fijó, para quienes tengan derecho a percibirla, una indemnización de 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades. El dinero no será abonado por el Fogasa, sino que será Alcoa la que tendrá que formalizar un crédito con Alu Ibérica y abonar la cantidad. Después, pagará otros 40 días por año trabajado sin límite de anualidades y 10.000 euros para cada trabajador, según el acuerdo que firmaron los empleados con la multinacional.

Mientras no llegan las indemnizaciones, algunos trabajadores ya están trabajando para otras empresas, pero hay otros que están cobrando la prestación por desempleo. De los dos años que les corresponde de paro, ya han consumido casi la mitad porque desde noviembre del año pasado hasta mayo —mes en el que fueron despedidos— estuvieron en ERTE.

“Estuvimos de ERTE entre noviembre y mayo y, desde entonces, en el paro. Ya hemos consumido casi diez meses de los subsidios. La cosa corre prisa y, encima, el Fondo de Garantía Salarial no nos adelanta las indemnizaciones que nos corresponden porque dice que tenemos un acuerdo para cobrar que supera lo que ellos pueden abonar; pero ese acuerdo aún no se ha materializado, así que no tenemos nada”, se lamenta uno de los trabajadores.

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