Han pasado más de cinco semanas desde que Resilience Partners, asesor y coordinador en España del fondo de inversión Certior Capital, tomara las riendas de la cadena Hiperxel. Un periodo durante el que la plantilla apenas ha percibido un ingreso de unos 400 euros —llevan sin cobrar una nómina completa desde julio— y que no ha satisfecho las reclamaciones de acreedores de servicios o comerciales, con los que la deuda continúa medrando. Sin el respaldo de las medidas extraordinarias armadas durante el COVID, la empresa está expuesta a una intervención judicial, que podría instar cualquiera de sus suministradores o dueños de locales comerciales a los que debe dinero; el único parapeto del que podría echar mano Xeldist (usa Hiperxel como marca comercial) sería un preconcurso de acreedores, lo que le permitiría plantear una propuesta anticipada de convenio con quitas y un calendario de pagos. Este es el temor de acreedores, a raíz de una comunicación interna remitida por la gerencia. “En los próximos días la dirección propondrá el plan de reestructuración a sus proveedores y acreedores financieros [...] Fijar las bases de una posible negociación de los pasivos”.
La carta está firmada por Virginia Navarro, cabeza visible de la operativa diaria de Hiperxel, ya durante la gestión de Vinova Investments y su CEO, Juan José Villamizar. Este directivo fue el primero en caer tras el traspaso de la propiedad. Que no fue una venta en sentido estricto, ya que Certior había financiado la compra de la cadena de congelados por nueve millones de euros, con lo que asumió la titularidad de las tiendas canjeando por acciones el dinero que había prestado a Vinova. El escenario actual, según describen desde la plantilla, sigue siendo calamitoso. “Llega mercancía, pero un 10% de lo que debería”, indicó una empleada.
Hiperxel dispone de una red, con Congelados Cíes, de 102 puntos de venta en Galicia, de los que 34 están en A Coruña.
