Tres horas después de su inicio en la Estación de Atocha de Madrid, dónde se encuentra el Ministerio de Agricultura, varios centenares de transportistas han llegado a la plaza de San Juan de la Cruz, dónde se encuentra el Ministerio de Transportes. "Si la ley no funciona, Señora ministra, se avecinan unas Navidades muy oscuras", amenaza a través de un megáfono Manuel Hernández, el presidente de la Plataforma Nacional en defensa del Transporte de Mercancías por Carretera, convocante de los paros que han comenzado este lunes. "Dicen que los transportistas no están secundando el paro. Señora ministra, no dé lugar a que el transporte se despierte porque es como un león y después nadie lo podrá parar, ha añadido Hernández. "Ministra dimisión" corean acto seguido los manifestantes, el grito que ha presidido la marcha.

"La ley no se está cumpliendo. Están bajando los precios con bastantes represalias para la gente que cumple. Vamos a ver si la ministra de pone a trabajar", explica Rafael Alamillo, secretario general de la Plataforma a El Periódico, del grupo Prensa Ibérica. La principal reivindicación de los transportistas autónomos y empresarios organizadores del paro es que el Gobierno aplique medidas efectivas para evitar trabajar a pérdidas. En concreto, reclaman más inspecciones al Ministerio de Transportes para certificar que las grandes empresas cumplen con la normativa. Según explica Alamillo, "no hay inspectores suficientes para inspeccionar a las empresas y verificar que bajen los precios".

Ana María de Miguel y Carlos Bravo son un matrimonio madrileño con un camión cada uno que transporta contenedores marítimos con todo tipo de carga (alfalfa, chatarra, tractores, coches, paja, pienso, entre otros muchos ejemplos). Se quejan de los bajos precios que les pagan al contratar sus servicios. "El Estado hace un cálculo de lo que vale mi camión en un kilómetro. Dice que cuesta 1,60 cargado y 1,30 en vacío, pero me pagan 0,98 euros, más el diferencial del precio del gasoil que llevaría a un total de aproximadamente 1,15 euros. El cliente final sí paga a 1,60 el kilómetro, pero yo recibo 1,15" explica Bravo. "La ley dice que mínimo debo cobrar 1,60 pero no se cumple porque no hay inspecciones. Me dicen que denuncie, pero si lo hago me voy a la calle", agrega.

"Hicieron una ley. Establecieron un mínimo, si no nos pagan eso, debemos denunciar cada uno de forma individual. Pero si los demás no denuncian yo me quedo sin trabajar y el resto no", cuenta otra de las manifestantes, llegada desde Asturias, que prefiere no dar su nombre. Por ello, los transportistas piden más inspectores que garanticen "unos precios justos", explica Manuel Hernández, cabeza visible de la Plataforma, sin representación en el órgano de diálogo del sector con la administración -el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) que representa al 90% del sector-. "Es la ruina de muchas familias", añade Hernández.

Otras reivindicaciones

Otro de los manifestantes es José Ramón Fernández Martinez, camionero que trabaja para una pequeña empresa de Ponferrada y que transporta todo tipo de mercancía a diario. En su caso, se queja de que las grandes empresas a las que van a cargar y descargar las mercancías generan cada vez una situación de mayor precariedad al prescindir de área de descanso y de falta de vigilancia o disparar los tiempos de descarga hasta "seis o siete horas o incluso un día", lo que supone "perder otro viaje, no poder llegar a casa con la familia o tener que quedarte el fin de semana fuera". "Salimos a la calle para que vean lo que estamos pasando. Todo va a peor. Da la impresión q se ríen de uno", cuenta.

"Es por dignidad", expresa Jorge Luis Suárez. "Hay mucha gente en el sector muy mal, que no tienen ninguna rentabilidad. Sólo pedimos que se cumpla la ley", añade, sin perder ocasión para reivindicar también el final de otras anomalías del sector como que un accidente de tráfico se considere accidente laboral.

Apoyo de agricultores

No sólo los transportistas han sido convocados a esta marcha, sino que también se ha invitado a agricultores, ganaderos y hosteleros a unirse a la misma. "Sin agricultores ni ganaderos no de puede vivir, sin políticos sí. El campo se muere", se puede leer en una de las pancartas, que portan los representantes de Asepres, una asociación agraria con presencia en Andalucía, Albacete, Murcia Extremadura y Madrid.

Se trata de una asociación "libre", según explica Guillermo Sánchez, miembro de su junta directiva. Esto es independiente de las grandes organizaciones agrarias como Asaja, Coag o UPA. "No nos sentimos representados por esas asociaciones", añade Sánchez, una reivindicación similar a la de la Plataforma en el sector del transporte. Según su relato "varios autobuses" han traído hasta Madrid a cerca de unas "500 agricultores de la asociación" para apoyar a los transportistas y reivindicar sus elevados costes de producción, disparados tras la guerra de Ucrania. "Los costes de producción nos están ahogando. También nosotros tenemos un problema y queremos que se nos escuche", agrega Sánchez.

Normalidad el primer día del paro

En este primer día de huelga, el Ministerio del Interior ha celebrado un nuevo Centro de Coordinación, presidido por el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, y en el que participado todas las fuerzas de seguridad y ministerios y administraciones implicadas. Los cuerpos han trasladado situaciones de normalidad en nodos, centros logísticos y vías de comunicación, a excepción de un incendio de neumáticos en Algeciras, de cuatro cabezas tractoras en Villaescusa (Cantabria), que ya están siendo investigados, y algunos pinchazos en Illescas (Toledo), informa Juanjo Fernández.