La Opinión de A Coruña

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La entrega de un camión nuevo supera los 12 meses de espera ante la escasez de chips

Los transportistas coruñeses denuncian que la falta de vehículos les impide renovar su flota | El problema, explican los concesionarios, es más de dónde se fabrican que de la marca

Camioneros, en una imagen de archivo, en una concentración por Alfonso Molina. | // ROLLER AGENCIA

Cualquier usuario que quiera comprarse un coche en estos momentos debe ser consciente de que no lo recibirá hasta, al menos dentro de seis meses. La falta de componentes electrónicos, como los chips, y los cuellos de botella en los suministros de determinados materiales desde del continente asiático están provocando demoras en la entrega de los vehículos que eran impensables antes de la llegada de la pandemia. Pero los compradores de coches no son los únicos que deber armarse de paciencia. Los transportistas tienen que esperar más de un año para conseguir un camión nuevo, lo que está provocando que tengan que retrasar la renovación de sus flotas.

“El pedido de un camión lo tenemos en estos momentos para que nos los entreguen del concesionario de un año para arriba”, señala Belarmino Torrente, presidente de la Asociación Coruñesa de Empresarios del Transporte (Ascentra). Este retraso les está suponiendo que también tengan que demorar el tiempo que tardan en renovar sus flotas. “Los camiones normalmente se cambian a los cinco años, de media, y ahora pasamos a siete u ocho años por culpa de los microchips famosos”, se queja Torrente.

Otra de las quejas de los transportistas, relacionada con la compra de los camiones, es el incremento de precios que han sufrido tanto las cabezas tractoras como los remolques. Entre el 30% y el 35%. “Si antes una cabeza tractora costaba sobre 95.000 euros, hoy vale 130.000”, afirma el presidente de Ascentra, que apunta que con los remolques ocurre algo similar: “ahora están en 35.000-37.000 euros y antes valían 24.000-28.000 dependiendo del remolque”.

“Esto se disparó y aparte de dispararse hay que esperar un año o un año y pico por una cabeza tractora”, se queja Belarmino Torrente, que descarta realizar la compra de los camiones en Portugal o Francia porque “están con el mismo problema”.

Desde los concesionarios reconocen los retrasos, aunque reducen los plazos de entrega por debajo del año. “Estamos en los seis meses, se empeoró en un mes o dos”, explica Miguel Galván, gerente del concesionario de Nissan Antamotor, que comercializa camiones Isuzu. “En nuestro caso, los camiones se hacen en Japón o en Tailandia y la marca se aprovisiona bastante y no tiene tantos problemas de entregas. Hay más problemas después cuando ya están en Europa y hay que traerlos a Galicia. Después de la crisis del COVID muchos camioneros dejaron el sector y ahora hay problemas para encontrar conductores”, reconoce.

Galván explica que el retraso en las entregas depende más de dónde se fabrican los camiones que de la marca. “Las fábricas europeas se han aprovisionado menos y tienen más problemas para servir los vehículos. Al fabricante europeo se le ha disparado más los plazos porque tiene más problemas de aprovisionamiento”, apunta el gerente del concesionario de Nissan Antamotor, que explica que como los Isuzu son camiones más pequeños tienen menos problemas con el tiempo de entrega, pero si son más grandes los plazos sí se alargan.

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