Ólvega

El 'milagro' de la Laponia española que atrae a inversores hasta de Miami: de fábricas de frenos a pelotas de golf

El polígono industrial de Ólvega, en la estepa soriana, lleva décadas atrayendo empresas de toda España e internacionales; en la actualidad hay unas 45

Varias naves industriales en el polígono de Ólvega.

Varias naves industriales en el polígono de Ólvega. / Alba Vigaray

Roberto Bécares

Tras transitar por la solitaria estepa soriana y cruzar con el coche las verdes y marrones sierras de Moncayo y Toranzo darse de bruces contra enormes naves industriales como si estuviéramos en un polígono de Alcorcón es lo que uno menos se espera. Calles anchas separan diferentes industrias de todo tipo (alimenticias, de automoción, textiles, logísticas o incluso altos hornos...). De vez en cuando algún camión sale o llega por la entrada principal de este polígono de un millón de metros cuadrados y que está ocupado al 50%. Es sin duda uno de los mayores polos de generación de empleo de toda Castilla y León, con alrededor de 45 empresas en activo, alguna de las cuales llegan a tener más de 500 empleados, como la fábrica de frenos Remsa.

Bienvenidos a Ólvega, el milagro económico en medio de la que es considerada la Laponia española por su baja densidad de población.

De los 3.668 habitantes del municipio, 2.891 están afiliados a la Seguridad Social. Hay un paro residual, de menos de un 8%. “Quien no trabaja es porque no quiere”, explican José Jiménez, ingeniero y empresario, y Juan Pablo Alonso, asesor y empresario tomando un café en el Hotel Los Infantes, un establecimiento elegante que bien podría estar en una capital de provincia. Desde la entrada a la cafetería se percibe perfectamente el germen de lo que ahora es el municipio, la fábrica de Embutidos Revilla, construida por Emiliano Revilla en 1958 y donde llegaron en su día a trabajar 850 personas. “Chorizos, Revilla, un sabor que maravilla”, era el eslogan de la exitosa marca, conocida en toda España.

Datos sobre Ólvega.

Datos sobre Ólvega.

El municipio creció de la mano de Emiliano, que construyó cerca de 150 viviendas para los empleados de la fábrica (las alquilaba por entre 200 y 400 pesetas), que provenían de diferentes zonas de España. De León. De Extremadura. De La Rioja. Una peculiaridad que se sigue repitiendo en la actualidad, ya que a diario acuden a Ólvega a trabajar personas de tres comunidades que no son Castilla y León: Aragón (Tarazona, Borja...), Navarra (Tudela, Castejón…) y La Rioja (Alfaro, Cervera…). “Viene gente incluso de Zaragoza, que está a 120 kilómetros, y mucha de Soria capital”, explican José y Juan Pablo.

70 viviendas

“Somos un motor industrial dentro de la provincia, hay muchísimo trabajo y, de hecho, tenemos un problema de vivienda. Hay trabajadores que vienen de fuera que se tienen que ir a Soria para poder tener casa”, presume la alcaldesa de Ólvega, Elia Jiménez. Su Ayuntamiento ha cedido recientemente 1.400 metros cuadrados de terreno a la Junta de Çastilla y León para que construya al menos 70 viviendas a través de Somacyl (Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente). En el Consistorio consideran que será “un buen empujón”, pero no suficiente para dar respuesta a la demanda que hay, y que seguirá habiendo. “Estamos en negociaciones con más empresas para venir”.

Fábrica de zumos gourmet Presumia.

Fábrica de zumos gourmet Presumia. / Alba Vigaray

Detrás de ello están José y Juan Pablo, que fueron durante años aprendices y colaboradores de Emiliano Revilla, sin cuya “grandísima labor de atraer empresas a Ólvega” se podría haber llegado tan lejos. “Él es el artífice, el que hizo todo posible”, aseguran los dos asesores mientras muestran un portafolio digital sobre las bondades del municipio y del propio Emiliano, el “mejor embajador posible”.

Para entender su trayectoria hay que retrotraerse a 1986, cuando Revilla vendió su empresa a Unilever por 9.000 millones de pesetas -luego fue adquirida por Navidul y más tarde a su vez por Campofrío-. Dos años después de la venta, fue secuestrado por ETA durante 249 días, en uno de los secuestros más largos que se recuerdan de la banda terrorista. Ólvega se volcó en manifestaciones para pedir su libertad. “A raíz de aquello, cuando fue liberado, él se sentía muy agradecido, y dijo que quería devolver al pueblo todo el apoyo recibido y se iba a volcar en captar inversiones que generaran riqueza”, recuerdan José y Juan Pablo.

Así, a finales de los 80, consiguió que se instalaran en la localidad Cableados Ólvega, propiedad de la multinacional de piezas de automóvil Delphi y Confecciones Ólvega, que luego pasó a Levi Strauss. Ambas empresas se marcharon lustros después del municipio por la deslocalización, pero crearon hasta 1.200 puestos de trabajo, que se añadían a los otros tantos que se crearon en Transportes Molinero, que creció a la par que Embutidos Revilla para darles el apoyo logístico. De igual forma Emiliano, que fue durante muchos años alcalde del municipio, promovió una sociedad mercantil (Prouniol) de promoción empresarial -recaudó más de mil millones de pesetas, de las que 300 eran de él-, en el que las familias olvegueñas podían invertir su propio dinero en los proyectos para el municipio. En el propio hotel, por ejemplo, en las naves del polígono o el propio ayuntamiento.

“Es que él generó riqueza pero también ayudó a crearla. Mientras unos pueblos progresaron otros no lo hicieron”, aprecia José, que asegura que poder ayudar a Emiliano durante años ha sido mejor que "hacer cualquier Master en una Escuela Negocios". “Una de las frases que más ha repetido siempre era que odiaba la pereza [...] Con él se nos han abierto todas las puertas, nosotros hemos estado sentados con ministros y presidentes de comunidades. Uno de sus valores principales es que es un hombre de palabra. Lo que dice lo cumple a rajatabla”, razona.

Emiliano Revilla, tras finalizar su secuestro.

Emiliano Revilla, tras finalizar su secuestro.

De un pueblo con una economía ganadera y agrícola, de la mano de de Revilla el municipio se convirtió en un motor industrial. Parte del éxito se debió a su localización. “Es que Ólvega está en un espacio clave desde el punto de vista logístico, entre Valladolid, Zaragoza y Burgos”. El 80% del territorio al norte del Ebro está a un tiro de piedra de esta ciudad soriana. “Es el paso de unión principal entre distintas comunidades y en el paso hacia Francia”, precisa la alcaldesa.

“Para mi padre el pueblo ha sido su vida. Cuando él vendió la empresa se sentía en deuda, y se volcó en atraer empresas haciendo crecer el pueblo para que se viera que él no iba a dejar a Ólvega de lado”, relata su hija, Margarita Revilla, empresaria que recientemente ha montado su propia fábrica de zumos gourmet (Presumia) en el municipio. “Él quería hacer del pueblo una pequeña ciudad”.

Subvenciones y bonificaciones

Pese a sus 94 años, hace no mucho que Emiliano se ha retirado del primer frente de batalla, pero José y Juan Pablo tratan de continuar con su labor. “Para que salgo un nuevo proyecto adelante en Ólvega, ha habido que dar muchas patadas a muchas piedras. Muchos viajes, muchas reuniones. Eso sí, cada grano de arenas que ponemos en hacer crecer el pueblo es motivo de orgullo”. Otra parte del éxito de que se hayan instalado tantas empresas en el municipio han sido las facilidades que se han dado desde el Ayuntamiento y desde la Junta de Castilla y León, procedentes del Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER)

De ello dan fe lo que rezan los carteles de las fachadas de algunas de las empresas del polígono, como la TGT Quesos naturales. De los cerca de 28 millones que costó la instalación, seis fueron de subvención de la comunidad autónoma. “El dueño quería montar la empresa en Tudela, pero le convencimos de que la montara aquí”, apunta José.

Una de las fábricas del polígono industrial de Ólvega.

Una de las fábricas del polígono industrial de Ólvega. / Alba Vigaray

“Desde el Ayuntamiento ofrecemos”, añade la alcaldesa, “una bonificación del impuesto de construcciones y obras dependiendo del número de trabajadores y la inversión. Y los terrenos del polígono industrial también están a precio competitivo en función de la inversión”. Según la alcaldesa, el municipio tiene mucho que ofrecer: centros educativos y sanitarios de primer nivel- cuenta con un centro de salud y centro polideportivo, además de una moderna piscina cubierta-, además de buena conexión de fibra óptica. Otro de los orgullos del pueblo es el centro social con cafetería y el centro terapéutico de día.

En la actualidad, el polígono tiene empresas de todo tipo. Por un lado está Campofrío, que tiene alrededor de 175 trabajadores en la moderna fábrica donde se elaboran las pizzas de la marca. Además, recientemente se instaló una fábrica de tortilla de patatas refrigeradas y congeladas, Tortillas a tu gusto, donde están empleadas unas 40 personas. “El 90% son residentes en Ólvega”, aprecia Tania Martínez, responsable administrativo de está empresa que año tras año aumenta la producción tanto para pequeños mercados como grandes superficies.

Entre otras empresas importantes está Remsa, que fabrica pastillas de freno para coches y ocupó la factoría que había dejado Delphi. Da empleo a 500 personas. “Tenemos más de 2.500 referencias de frenos”, dice José Manuel Revilla, uno de los responsables de esta fábrica que vende a talleres y que se instaló a las pocas semanas de que se marchara Delphi, fruto de las ágiles y efectivas gestiones de Emiliano. “Estamos encantados de estar aquí”.

José Jiménez y Juan Pablo Alonso, empresarios.

José Jiménez y Juan Pablo Alonso, empresarios. / Alba Vigaray

Otras empresas que eligieron este municipio soriano para instalarse fueron Ormazabal (transformadores eléctricos), Rodezna (auxiliar del sector eólico), Cyndea Pharma (empresas farmacéutica con 250 empleados), Método (fábrica de muebles), Logar (fabricante de colas) o Distiller, que recicla disolventes. La nota exótica la da Replay Golf, que recicla, reacondicionada y fabrica bolas de golf. Se trata de una fábrica de un inversor de Miami que se vio atraído por el polígono soriano.

“Yo monté aquí mi empresa porque financieramente es más asequible y me daban más facilidades”, confirma Margarita Revilla, sobre su fábrica de zumos gourmet sin conservantes que ya produce entre 1.200 y 3.000 litros al día, dependiendo de la demanda. Como el resto de familia de Emiliano, siguen yendo habitualmente a la localidad que este visionario de los negocios, que tiene dedicado un monumento en su honor en la plaza del pueblo, situó en un lugar privilegiado del mapa empresarial.