CONSUMO

Por qué se ha disparado el precio de las naranjas y los limones: "Es la tormenta perfecta"

La sequía, el final de temporada de muchas variedades y el aumento de los costes, detrás de la brutal subida | El kilo de limón cuesta en el lineal entre 1,90 y 2 euros, pero el agricultor solo recibe 35 céntimos

Naranjas en una frutería en una imagen de archivo.

Naranjas en una frutería en una imagen de archivo. / Reuters

Roberto Bécares

El tuit se hizo viral esta semana. Un cliente compró una malla de cinco kilos de naranjas en un hipermercado de Getafe por 4,35 euros. Tres días después, el precio del mismo producto en el mismo supermercado se disparó a 5,75 euros, es decir, 1,40 euros más. La indignación se apoderó de la red social, no solo por una subida tan abultada en tan poco tiempo, sino por el precio que llega a alcanzar un producto tan básico. “Es que estamos viviendo la tormenta perfecta”, razona Pepe Roig, director de Asucova, la organización empresarial de la distribución alimentaria en la ComunidadVvalenciana sobre cómo los cítricos han disparado su precio en las últimas semanas.

Un kilo de limones puede llegar a costar hasta dos euros en los principales supermercados, mientras el kilo de naranja oscila entre 1,10 y 1,30 dependiendo del tipo y la calidad del producto. Según agricultores, sindicatos del campo y distribuidores, son varios los factores que explican la brutal subida. Uno de los principales, además de que es el final de temporada en muchas variedades de cítricos, por lo que hay menos oferta, es la sequía que se está viviendo no solo en nuestro país, sino a nivel mundial, que ha reducido drásticamente la producción en países como Turquía, Marruecos, Grecia o Egipto, de donde España importa mucho.

“La caída ha sido en todo el hemisferio norte”, aprecia Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), “pero a todo eso hay que añadir además la subida drástica de la luz y de los insecticidas, que en algunos casos son del 300%”, lo que ha provocado aumentos notables ya incluso en el precio del producto “en árbol”, es decir, tras la recogida.

Así, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el kilo de naranja tipo Navel se pagaba al agricultor (sin envasar) a 0,14 euros en enero de 2022 y a 0,31 este año, es decir, más del doble. Mientras, el precio del limón ha crecido de 0,18 a 0,35 una subida de más del 88,5%.

“El precio ha aumentado, pero los agricultores apenas están cubriendo los costes. Para ponerlo en destino, con el envasado, son 65 céntimos más, así que el total ronda el euro. En los lineales, sin embargo, se está vendiendo a 1,90 o 2 euros. La especulación es brutal y algunas cadenas siguen reconociendo que aumentan sus márgenes de beneficio”, denuncia Antonio Moreno, secretario de Agricultura de UPA, que culpa directamente a las grandes superficies de este precio final.

“Los costes han aumentado en toda la cadena alimentaria”, defiende el presidente de Asucova, que afirma que el coste de poner los cítricos en los lineales no baja “de 70 o 80 céntimos por kilo”, ya que hay que sumar el tratamiento en origen, el transporte, el almacenamiento, el embalaje y la distribución en las tiendas. Un proceso que también se ha encarecido por la brutal subida de la energía. “Es más, es que la subida de precios en cada eslabón de la cadena es mayor que la subida del precio final que ha tenido el producto. La cadena no ha repercutido la subida de costes”, vuelve a señalar el representante de las grandes cadenas valencianas.

Lo cierto es el agricultor sigue siendo el gran perjudicado. “Al final, vender los limones es como intercambiar dinero prácticamente. Es escasamente sacar el coste”, señala Juan Alcón, agricultor murciano que tiene dos hectáreas de plantaciones de limones y que protesta, además, por que las exigencias de calidad impuestas en Europa no se aplican a los cítricos que vienen de fuera de las fronteras comunitarias. “Hay muchas variables que afectan este año, además, como que por el tema económico hay poca demanda en Europa”, dice.

“Es verdad que las empresas van jugando con las necesidades, especulan con el precio y se están sirviendo de la importación de productos de terceros países”, aprecian desde UPA, donde explican que Francia hace públicos los márgenes de beneficio pero en nuestro país “no hay transparencia”. Según Moreno, debía haber un etiquetado que explicar la procedencia del producto, para que el cliente final tenga claro qué compra.

El último informe de Seguimiento Reforzado de las importaciones de cítricos por la Unión Europea revela que durante los dos primeros meses de 2023 (enero-febrero) se han importado 76.843 toneladas de naranjas, lo que supone un incremento del 76,6% respecto a la cantidad computada en los mismos meses de 2022.

La situación provoca que muchos agricultores cada vez vean menos rentables sus cultivos y se planteen tirar la toalla. “El que tiene dos tercios de la cosecha habitual va bien, pero quien la tiene por debajo del 40% pierde hasta la camisa”, añade Aguado, de Asaja, que estima, al igual que otros expertos consultados, que el aumento de precio repentino del cítrico en Mercadona se debería a que se ha agotado la variedad anterior y la que se ofrece ahora es de más calidad y por tanto más cara. “Es que estamos acercándonos al final de la temporada”.