Factura energética

La industria española pide a Bruselas librar a las centrales de gas de pagar por contaminar

La Alianza por la Industria ultima una carta para enviar a la vicepresidenta Teresa Ribera sobre la propuesta de reforma del mercado eléctrico de la Comisión Europea

La Alianza por la Industria busca impulsar la medida para abaratar el precio de la electricidad.

La Alianza por la Industria busca impulsar la medida para abaratar el precio de la electricidad. / EP

Sara Ledo

La industria española quiere pedir a Bruselas eximir de forma temporal a los ciclos combinados del pago de los derechos de emisión de CO2. Las centrales que queman gas para producir electricidad están penalizadas por el precio de las emisiones contaminantes que se han duplicado desde antes de la guerra de Ucrania. La Alianza por la Industria busca impulsar esta medida mientras dure la crisis energética para abaratar, así, el precio de la electricidad, según han explicado desde la patronal de la industria química, Feique, integrante de esta asociación junto Anfac (automóvil), AOP (petroleras), Aspapel (papeleras), FIAB (alimentación), Oficemen (cemento), Primigea (materias primas minerales), Sernauto (componentes) y Unesid (acero).

"Con el precio actual de 90 euros por megavatio-hora (MWh) en el momento en el que entra una sola central emisora el precio (mayorista de la electricidad) sube en 40 euros MWh. Pensamos que se debería adoptar alguna medida como excluir a los ciclos combinados de este pago. Sería una medida temporal que en la situación tan grave que atravesamos se podría justificar", ha explicado este miércoles la presidenta de Feique, Teresa Rasero. La idea que plantea la industria es que esta medida se mantenga mientras dure la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania.

Esta exención temporal forma parte de una carta que ultima la asociación para trasladar su opinión al Gobierno sobre la reforma del mercado eléctrico, a petición del Ministerio para la Transición Ecológica. El sector considera que la propuesta de reforma que plantea Bruselas es "insuficiente" y establece como su principal prioridad la puesta en marcha de un modelo en el que la energía renovable y nuclear tenga un precio regulado para poder firmar con los generadores directamente contratos a plazo a un precio "competitivo".

El conjunto de energía hidráulica, nuclear y de renovables adscritas al régimen retribuido RECORE suponen 150 teravatios anuales, el equivalente a la totalidad de la demanda de la industria española. Lo que busca el sector es un modelo de precios similar a Francia, donde los consumidores industriales pagan un precio fijo de 42 euros por megavatio-hora (MWh) por la luz, pero a un precio "razonable para los ingresos de los generadores". Piden una rebaja de los costes regulados (peajes y cargos) e impuestos, así como mayores compensaciones de CO2 indirecto y mayor retribución del servicio de gestión de la demanda.

Por otra parte, en el caso de los precios del gas, desde la industria consumidora de esta energía piden un "nuevo" régimen de ayudas, similar al portugués con un mayor volumen de ayudas directas --el acumulado de subvenciones alcanza los 825 millones de euros, frente a los 1.000 millones del país vecino para una demanda muy inferior, de forma que para asemejarse se traduciría en unos 5.000 millones de euros--, así como su modelo --descuentos de 40 euros por MWh en la factura hasta un precio mínimo de 30 euros por MWh que aplica directamente a la comercializadora, a quien compensa el Estado. Además, abogan por que cualquier empresa con un consumo "relativo o absoluto relevante" pudiera acceder a ellas.

Fin a los parones de actividad

La crisis energética provocada por la guerra de Ucrania y la presión del presidente ruso, Vladímir Putin, sobre el grifo del gas ha pasado una costosa factura a la gran industria española, cristalizada en forma de parones en la producción y reestructuraciones en el empleo. La industria química, una de las más afectadas, pone fecha a su final: este mes de abril la reactivación de la actividad será absoluta. "Estamos recuperándonos. Cuando terminemos este mes haremos un análisis interno, pero queda muy poco parado. A finales de marzo o principios de abril abrirán las pocas que quedan", ha avanzado el director general de la patronal química (Feique), Juan Antonio Labat.

El sector químico finalizó el año con un incremento de su cifra de negocios del 16,3%, hasta cerca de 90.000 millones de euros, por el efecto de los precios, mientras la producción apenas creció el 0,9% debido a la paulatina desaceleración de su actividad a partir del segundo semestre. La parte que más preocupa al sector es la de la química básica, que es la que se ha visto especialmente afectada por los parones por los "alarmantes precios", tanto del gas natural como de la electricidad. La química básica es aquella que utiliza materias primas básicas para la elaboración de productos intermedios y aglutina a sectores como el de los fertilizantes, el refino, las materias primas del plástico o los gases industriales, entre otros, y supone alrededor del 45% del total del sector.

En verano todas las empresas que consumen gas pararon sus plantas por la crisis energética al no haber ninguna perspectiva de que el gas bajara con precios "por encima de los 150 euros muchos días" y "no poder competir con otra empresa europea". Ahora, se aprecia una "cierta estabilidad" con unas expectativas en el segundo semestre que pueden ser "algo mejores, pero con muchas incertidumbres respecto a la demanda". Desde el sector se espera la reactivación de China, de donde se obtienen una parte amplia de los pedidos.