Los hogares destinaron unos 12.000 millones a amortizar hipotecas anticipadas en 2022

Las familias con recursos disponibles adelantaron el pago de los créditos para poder mantener la cuota mensual pese al alza del euríbor | Según los expertos, la tendencia continuará este año

Escaparate de una agencia inmobiliaria con los inmuebles en venta. |   // CARLOS PARDELLAS

Escaparate de una agencia inmobiliaria con los inmuebles en venta. | // CARLOS PARDELLAS / pablo allendesalazar

pablo allendesalazar

Los hogares destinaron unos 12.000 millones de euros de sus ahorros el año pasado, sobre todo en la segunda mitad del ejercicio, a realizar amortizaciones anticipadas de sus hipotecas y paliar el impacto en las cuotas de la subida acelerada del euríbor. Ello provocó que el saldo de créditos para la compra de vivienda bajase (un 0,07%, a 510.957 millones) después de crecer en 2021 por primera vez desde 2010, lo que en su día pareció marcar un cambio de tendencia. Así, las nuevas operaciones ascendieron a 65.220 millones en 2022, mientras que las amortizaciones totales (las anticipadas más las naturales por el vencimiento del plazo de los préstamos) se elevaron a una cantidad 389 millones mayor, de 65.609 millones, según los datos del Banco de España.

El saldo de hipotecas comenzó a bajar el pasado agosto por primera vez desde el cierre de 2020, con lo que las amortizaciones superan a los nuevos créditos desde entonces, en buena medida gracias a los pagos anticipados. “Muchas familias con ahorros han acudido a sus bancos a preguntarles cuánto necesitaban amortizar anticipadamente de sus hipotecas para que las cuotas les quedasen más o menos igual a pesar de las subidas del euríbor. En las grandes ciudades, donde el importe de los créditos es más elevado, han podido hacerlo básicamente las familias con más ahorros y rentas más altas. Pero en el resto, digamos que del tamaño de Zaragoza para abajo, es un proceso que ha podido ser más generalizado”, indican fuentes financieras.

Todo apunta a que la tendencia continuará este año, máxime cuando el Ministerio de Economía pactó el pasado noviembre con la banca que los clientes no tengan que pagar comisiones por las amortizaciones anticipadas durante 2023 (como tampoco por pasar el crédito de tipo variable a fijo). De momento, el saldo de hipotecas se redujo en enero y febrero en otros 4.800 millones, pese a que se concedieron nuevas hipotecas por valor de 8.098 millones (un 13% y 1.212 millones menos que en los dos primeros meses de 2021), lo que implica que las amortizaciones fueron de 12.898 millones (un 45% y 4.054 millones más).

Con los pagos anticipados, las familias que se los han podido permitir han tratado de escudarse ante la acelerada y sin precedentes subida que registra el euríbor desde el año pasado. Como consecuencia de los incrementos de los tipos oficiales del Banco Central Europeo (BCE) para combatir la inflación, el indicador al que están ligadas la mayoría de las hipotecas a tipo variable en España pasó del -0,502% de diciembre de 2021 (zona de mínimos históricos) a cerrar 2022 en el 3,018%. Las alzas han continuado en lo que va de ejercicio y el tipo medio al que se prestan los bancos entre sí se situó en marzo en el 3,647%.

La consecuencia ha sido que las cuotas hipotecarias a tipo variable llevan desde el año pasado encareciéndose, si bien los mayores incrementos (superiores a los tres puntos porcentuales más el diferencial pactado en el contrato) comenzaron con el euríbor de octubre y se prolongarán hasta mediados de año, para luego ir moderándose. Ello se debe a que las cuotas suben si el euríbor está más alto que un año antes en el mes que sirve de referencia para revisar el crédito (normalmente el de dos meses antes). En el segundo semestre, comenzarán a compararse con los niveles más elevados de la segunda mitad del 2022, con lo que el alza de las cuotas tenderá a suavizarse.

La escalada del euríbor ha provocado que el tipo medio de la cartera de hipotecas de los bancos haya pasado de moverse en la zona de mínimos históricos de en torno al 1,1% de finales de 2021 a dispararse al 2,5% en febrero, máximo desde el mismo mes de 2013. El interés medio del saldo de hipotecas, así, se ha incrementado con inusitada rapidez tanto por la revisión de los créditos antiguos como por el encarecimiento de los nuevos, a tipo variable y a tipo fijo, cuyo interés medio ha subido del mínimo histórico del 1,382% en diciembre de 2021 al 3,431% del pasado febrero, el precio más caro desde abril de 2012.

Curiosamente, las amortizaciones anticipadas defensivas de los hogares podrían estar frenando el encarecimiento de las nuevas hipotecas. “En contra de lo que pudiera parecer, las subidas de tipos y del euríbor no se están trasladando con tanta fuerza al precio de las nuevas hipotecas que se ofertan en estos momentos. Los saldos vivos de la banca están cayendo por la aceleración en el pago anticipado de las hipotecas existentes, y la competencia entre entidades sigue siendo dura, por lo que todavía ofrecen hipotecas interesantes para poder captar clientes”, apunta Juan Villén, director general de hipotecas en Idealista.

Las hipotecas en España, en cualquier caso, se han encarecido más que en la zona euro entre diciembre de 2021 y el pasado febrero, tanto en saldo (en la unión monetaria han pasado del 1,63% al 2,05%) como en los nuevos créditos (del 1,31% al 3,24%). Paralelamente, la remuneración media de los depósitos en España (0,86% en los nuevos y 0,32% en el saldo en febrero) sigue siendo muy inferior a la media de los países del euro (1,92% y 1,45%), lo que explica que la banca española haya disparado hasta niveles máximos la rentabilidad que obtiene de sus clientes minoristas.

Pese a esta baja retribución, la incertidumbre económica llevó a los hogares españoles a reservar un nuevo máximo histórico de 1,078 billones de euros en efectivo y depósitos el año pasado, 43.944 millones y un 4,2% más que en 2021, pese a que la elevada inflación hizo perder poder adquisitivo a estos ahorros. A pesar de este incremento, la riqueza financiera total de las familias (activos menos pasivos financieros) se redujo ligeramente —un 0,2%, a los 1,95 billones— debido a la pérdida de valor de sus inversiones en fondos de inversión, acciones cotizadas, seguros de vida y rentas vitalicias, y fondos de pensiones, a causa del mal año registrado en los mercados a causa de la espiral inflacionista y la guerra de Ucrania.

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