El diseñador gallego Roberto Verino recibió ayer la Medalla de Oro del Círculo de Empresarios de Galicia y aseguró que se siente “más cómodo siendo creativo que empresario”. “Nos encontramos en una sociedad en la que corremos demasiado y sentimos muy poco. Más que máquinas y tecnología, lo que nos falta en muchas ocasiones, es simplemente humanidad”, ha indicado en Vigo al recoger el reconocimiento de los empresarios.

Verino afirmó que la licitación de Viatextil con el Consorcio de la Zona Franca de Vigo le “ayudó a conocer” a esta entidad y le convenció de la necesidad de “generar más vías de cooperación empresarial entre Vigo y Ourense”.

El diseñador dijo que la empresa le “duele en el alma” y le “desvela”, una faceta en la que cuenta con Dora Casal: “Os recomiendo que os rodeéis de personas que os ayuden a trazar la hoja de ruta”. “Sin personas no hay empresa. El éxito de las empresas suele ser proporcional a la calidad de las mismas. Porque cuanto mejor contrates, mejor lideras y eso es siempre así”, subrayó.

Profeta en su tierra

“Siempre digo que nadie es profeta en su tierra y hasta hace poco así lo creía”, confesaba el modisto ayer tras recoger la Medalla de Oro que le concedió el Círculo de Empresarios por su brillante trayectoria “empresarial y social”. Este reconocimiento, junto a su reciente ingreso en la Real Academia Galega de Belas Artes, son “curas de realidad” y un baño de cariño “que ratifica que empiezo a ser considerado como alguien que ha hecho algo en esta tierra a la tanto admiro y quiero”.

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que participó en el acto, consideró al sector de la moda como “uno de los principales motores de la economía” de la comunidad autónoma y afirmó que, al igual que Galicia fue capaz de “transformar la moda, el sector textil también ayuda a transformar Galicia”.

“Salta a la vista su orgullo de pertenencia, su orgullo de niño de pueblo, que pasea por el mundo presumiendo de un apodo que convirtió en apellido para hacer universal su localidad de origen, Verín”, alabó Manuel Rodríguez, presidente del Círculo de Empresarios de Galicia.

En un discurso casi de despedida —el líder del grupo naval Rodman dio a entender que no repetirá al frente de la entidad—, tomó prestado el reiterado mensaje de Verino sobre la importancia de aprovechar todo lo que une a la sociedad para agradecer la “idea de colectividad” impregnada en el espíritu de la entidad por todos sus socios.

“Vienen tiempos de cambio”, aseguró, animando “a utilizar esta casa, formular propuestas, buscar la unidad de acción”. El ejemplo estaba en el premiado. “Un precursor, un gran visionario”, remarcó Rodríguez, con una apuesta por el rural desde hace más de cuarenta años “luchando ya entonces sin saberlo contra la España vaciada”.