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La quiebra de eléctricas cuesta un extra de 185 millones a grandes consumidores

David Page

Madrid

El caos de precios de la electricidad, con máximos históricos y volatilidad disparada, ha provocado en los últimos años la quiebra y desaparición de decenas de pequeñas compañías eléctricas, sin el músculo financiero de los grandes grupos. En los últimos tres años más de 80 comercializadoras independientes han echado el cierre en el mercado español, según el listado oficial de comercializadoras de luz de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC).

La desaparición de compañías eléctricas provoca un trastorno evidente sobre sus clientes y también tiene un impacto millonario en las cuentas del propio sistema eléctrico. Cuando una comercializadora quiebra sus clientes pasan de manera transitoria a tener un contrato de último recurso con una de las grandes eléctricas (Iberdrola, Endesa, Naturgy, Repsol y Totalenergies) que ofrecen la tarifa regulada de luz, según establece la legislación para evitar que se queden sin suministro.

Recargos

Según los informes de liquidaciones del sistema eléctrico elaborados por la CNMC, el sobrecoste pagado por los grandes clientes afectados por la desaparición de su comercializadora ha pasado de los 7,2 millones en 2021 a catapultarse durante la crisis energética hasta los 63 millones en 2022 y hasta los 67 millones en 2023. Y el Gobierno calcula ahora que durante este año esos recargos ascenderán a 54,6 millones, según la propuesta de orden de cargos eléctricos para 2024 elaborada por el Ministerio para la Transición Ecológica. En total, un extra de 185 millones de euros en tres años.

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