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¿Grandes, medianos o pequeños? ¡Rentables!
Reivindicar que haya fusiones transnacionales en la UE es tan legítimo como defender la necesidad de mantener bancos de menor tamaño arraigados a su territorio. Todo puede convivir

Archivo - Sede del BCE en Fráncfort. / BCE - Archivo
Existen dos clasificaciones sencillas para valorar el tamaño de los bancos. La preferida es su valor en bolsa. Es la mejor radiografía que realizan los inversores, presentes y potenciales, de su cuenta de resultados, de la salud de su balance y de las expectativas futuras de crecimiento. La segunda es según el volumen de sus activos, sin distinguir el estado de los mismos. Puede haber activos magníficos y otros, voluminosos, que sean muy malos. Basta con recordar el valor, en tiempos pretéritos, de la valoración real de multimillonarios créditos inmobiliarios que acabaron arrastrados.
El ránking por capitalización lo lidera JP Morgan(685.000 millones). Entre los primeros 10 bancos, hay cinco estadounidenses, cuatro chinos y uno canadiense. El primero que forma parte de la Unión Europea es el Santander, en la posición 28, tras haber escalado dos puestos en los últimos días. Otros cuatro bancos de la UE están entre los 50 primeros: Intesa (Italia), en la 31ª; BNP (Francia), en la 32ª; Unicredito (Italia), en la 40ª, y BBVA (España), en la 45ª. Por activos, lideran la clasificación mundial cuatro bancos chinos. Hay 13 de la UE entre los 50 primeros. El Santander ocupa la posición 14ª. Para las entidades de la Unión Europea se demuestra que los accionistas no corresponden el tamaño de los activos al valor de las acciones.
En la Unión Europea, la banca, junto al sector de las telecomunicaciones y el de la energía, tiene aún que cumplir un importante deber: crear campeones transnacionales, genuinamente europeos, que les permitan competir frente a los gigantes estadounidenses y asiáticos. Esta es, además, una de las recomendaciones que realiza en su informe Enrico Letta, ex primer ministro italiano y presidente del Instituto Jacques Delors. «Las razones por las que no ocurre esta consolidación son políticas», señaló en las jornadas financieras organizadas por Prensa Ibérica a través de ‘activos’ y El Periódico esta semana en Barcelona. Un caso reciente que ha generado fricción entre Italia y Alemania es el intento de Unicredito de aumentar su participación en Commerzbank. Las banderas y las sedes aún marcan discrepancias. Sobre todo cuando afectan a entidades consideradas estratégicas en cada país.
El año 2024 se cerrará para la banca europea, sobre todo la española, como el mejor ejercicio desde la crisis de 2008. A nivel de beneficios, puede ser incluso el mejor desde que se recopilan datos. La estabilidad macroeconómica tras controlarse la inflación y mantenerse a raya los tipos de interés han sido definitivos para marcar una época de bonanza en la generación de márgenes y comisiones. Los años de tipos en negativo han pasado a la historia y las expectativas para 2025 es que estos se mantendrán un tiempol a niveles razonables entre el 2 y el 3%.
Marcos como estos son propicios para pensar en operaciones de fusión y adquisiciones para los nuevos escenarios, mucho más competitivos a nivel global en plena transformación digital. Sin embargo, que la Unión Europea pueda tener algún día tres o cuatro campeones procedentes de fusiones transnacionales no es contradictorio con que se mantengan bancos nacionales e incluso de nivel más local. La incógnita es saber si, antes de que se produzcan estas operaciones, aún hay margen para más fusiones nacionales.
En el caso de España, si la pregunta se realiza al BBVA, la respuesta es afirmativa. Es una de las justificaciones de la opa hostil lanzada contra el Sabadell, cuya resolución va aletargándose con el paso de los meses. Desde Bankinter, dijo su CEO, Gloria Ortiz: "El tamaño nos viene persiguiendo desde hace tiempo", enfatizando que siguen siendo el banco más eficiente de España. A lo largo de las jornadas, los representantes de Ibercaja, Abanca e incluso Cajamar y Arquia se vanagloriaron de que tener un tamaño más pequeño beneficia la relación con el cliente de proximidad, que desea seguir siendo atendido cara a cara.
Incluso, a pesar de la ola de consolidación producida como consecuencia de la crisis financiera, existe un mercado altamente competitivo. Junto a Santander y BBVA, cuyo negocio mayoritario procede de fuera del país, conviven CaixaBank, primer banco en España por volumen de negocio, Sabadell y Bankinter entre los cinco primeros. Detrás de ellos se encadenan entidades financieras de todos los formatos, nacionales y extranjeras.
El sector bancario europeo está expuesto a una regulación muy superior a la estadounidense. Además, las entidades son objeto de una fiscalidad dispar de país a país y conviven en un mercado de capitales a años luz del americano. Su evolución depende de la voluntad política y de la ruptura de esquemas culturales y nacionalistas. Barreras que no se romperán a corto plazo por muchas recomendaciones habidas.
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