La eólica marina prevé un 2025 clave con el desarrollo normativo y subastas

Agencias

El despliegue renovable y, por consiguiente, las metas energéticas y climáticas a corto plazo de España se asoman a un 2025 clave para la eólica marina y su cadena de valor con la previsible revisión de la hoja de ruta adoptada por el Gobierno, que ha cumplido cuatro años. En este tiempo, el país ha dado pasos en torno a dichas tecnologías, el más reciente, el real decreto que regula la producción de energía eléctrica en el mar, aunque los principales actores de esta actividad urgen a continuar avanzando para que las subastas arranquen en este año que empieza.

Durante la presentación de su último Estudio Macroeconómico, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) defendió el desarrollo completo y «urgente» de un marco normativo con la orden ministerial que diseñe la primera subasta y su convocatoria en 2025, «para no perder la oportunidad industrial». «Las condiciones excepcionales del territorio español, la relativa facilidad de la instalación de los parques y la competitividad de la industria española en la fabricación de aerogeneradores han sido claves» para el éxito de la eólica terrestre, explica a EFE la directora asociada de Asuntos Públicos de Kreab, Gemma Bedia.

Pero la eólica marina no ha corrido, por ahora, la misma suerte, a pesar del «gran potencial» de la industria nacional en este tipo de tecnología, prosigue esta analista de políticas europeas sobre energía y cambio climático, que advierte del gran freno a su desarrollo: la profundidad de la costa.

En la hoja de ruta, publicada en 2021, el Gobierno defiende que el «papel fundamental» de España —uno de los países europeos con mayores capacidades industriales e inversión en I+D+i en el sector— como polo de desarrollo eólico terrestre a nivel mundial deja al país en una «posición privilegiada».

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