Las pensiones de los gallegos suben un tercio más que los salarios desde 2008

Por cuarto año consecutivo, la inflación cerró 2024 por encima del dato con el que comenzó el ejercicio y se elevó un 2,8 % —a falta de conocerse el registro final para Galicia, que se hará público la próxima semana— a nivel nacional. Vivienda, suministros básicos, alimentación, ocio... han sido algunas de las partidas a las que se ha tenido que destinar unos mayores fondos cada mes. Todo ello dentro de un golpe para la ciudadanía que, eso sí, no ha impactado de la misma manera en los bolsillos de todos los gallegos. Tras este hecho diferenciador está la gran distancia que ha habido en las subidas que han experimentado en los últimos años los salarios y las pensiones de jubilación, dos retribuciones que han vivido caminos muy diferentes desde el inicio de la crisis de 2008.

Porque según el cálculo realizado por el Gobierno —para el que se toma como dato la subida de los precios (IPC) entre diciembre de 2023 y noviembre de 2024—, el subsidio medio que ingresarán todas aquellas personas retiradas de la actividad laboral en Galicia se elevará en un 2,8 % este año. Este porcentaje, traducido a cifras absolutas, supone aumentar las pensiones de los gallegos desde los 1.238 euros de media del pasado mes de diciembre hasta los 1.272 de este enero. Sin embargo, más allá de esos 34 euros más cada mes, este dato deja muestra otra situación. Y es la gran alza que ha tenido este registro en la última década y media. No en vano, los casi 490.000 pensionistas retirados que hay en el territorio gallego ingresarán 565 euros más al mes que la cantidad que hubieran recibido en 2008, cuando la pensión promedio estaba en los 673 euros.

Tras este incremento se encuentra la vinculación de esta retribución al IPC en años recientes —en otros, como en el periodo 2014-2017, esa subida solo fue del 0,25 % al tener una inflación negativa—, pero también otra realidad significativa como es el hecho de que los nuevos pensionistas que entran al sistema acumulan mejores salarios que los de sus predecesores. Ese hecho, sumado a su mayor número —están empezando a jubilarse las generaciones del babyboom, el mayor momento de aumento de la natalidad en la España reciente—, provoca que este colectivo haya elevado su ingreso medio un 84% desde la citada crisis. Esta situación choca con la evolución que ha vivido otra retribución: la del salario. Porque los gallegos, según el último registro anual conocido (el de 2023), cobran de media 1.660 euros brutos cada mes, unos ingresos que se han elevado proporcionalmente desde 2008 mucho menos que las pensiones. El dato de hace más de una década y media estaba en los 1.266 euros, por lo que los 1.706 actuales —cifra que, si un trabajador ha tenido la fortuna de verla actualizada por la firma de un nuevo convenio, ha podido subir un 2,8 % de media— son un 34,7% superiores a los de 2008. En el caso de las pensiones de jubilación el incremento ha sido del 84%.

La menor alza de los salarios hace además que, si se compara con la inflación que se ha venido sumando desde la gran crisis de 2008, los asalariados gallegos hayan perdido poder adquisitivo. El IPC para Galicia se ha elevado un 35,9% en los últimos 16 años, lo que supone un punto más que el alza de los salarios.

Dentro de esta diferencia notable entre pensiones y sueldos, sin embargo, hay una noticia positiva. La deja el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que da apoyo a aquellas personas que menos ingresos reciben en sus nóminas y que en 2024 se fijó en los 1.134 euros distribuidos en 14 pagas. A la espera de que se conozca en cuánto se revalorizará este ejercicio —si fuera en línea con lo que piden los sindicatos, llegaría a 1.180—, ese mismo suelo para estas retribuciones se ha elevado en la última década y media un 89%, ya que en 2008 este sueldo solo alcanzaba los 600 euros. Por tanto, el SMI se ha elevado el doble que lo han hecho los sueldos medios durante este periodo

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