Portugal retuvo al capitán del buque «Loitador» al regresar de Cabo Verde

Lara Graña

El caso Loitador, abierto por la Fiscalía de Caleta Olivia (provincia de Santa Cruz, Argentina) contra el capitán del pesquero gallego por presunta explotación laboral a bordo, es inusual por múltiples motivos. Primero, porque no existen precedentes de una acción judicial de estas características, en ningún caladero. La denuncia partió además de la doctora que atendió en junio de 2017 a un marinero senegalés, quien llegó en coma tras su evacuación y relató un tortuoso trato —trabajar «22 horas diarias, de lunes a lunes»— a cargo del máximo responsable del arrastrero. O, en tercer lugar, porque Argentina ha asumido que tiene la jurisdicción porque el Loitador hizo escala dos veces en Malvinas durante los cuatro meses en los que se prolongaron esos supuestos abusos contra tripulantes, y Buenos Aires reclama que este territorio es suyo. Una conjunción de elementos que, en espera de que se decida si el capitán —gallego de 56 años— es extraditado, ha derivado ya en la intervención de la policía portuguesa.

El capitán fue retenido el pasado sábado en Lisboa a su llegada de Cabo Verde, a donde viajó precisamente a bordo del Loitador, que navega ahora en dirección al puerto de Montevideo.

El capitán se encuentra ya «con su familia» y en libertad provisional en espera de la celebración de una vista judicial, que será la que determine si ha de ser o no extraditado a Argentina para prestar declaración. La vista se celebrará en la Audiencia Nacional, en virtud de lo dispuesto en el artículo 12 de la Ley de Extradición Pasiva. «En Portugal no hay procedimiento», incidieron las mismas fuentes.

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