«El sindicalismo se vive en la calle y ahí hay que estar»

Acaba de ser elegido el líder de UGT en Galicia, donde toma el relevo de un histórico como José Antonio Gómez: un reto «mayúsculo»

rOI rODRÍGUEZ

Santiago

¿Cómo se sintió tras su elección para liderar UGT?

Con ganas, con ilusión y la verdad es que ya estaba pensando en ponerme a trabajar. Es cierto que los temas de protocolo siempre me ponen nervioso y también la responsabilidad del cargo, sobre todo por tomar el relevo de José Antonio Gómez, que es todo un orgullo para mí y tengo mucho que agradecerle. Quiero que siga colaborando y soy consciente de que es imposible superarlo. Sé que esto no va a ser un camino de rosas. Es un reto mayúsculo

¿Cuál fue la felicitación que le hizo más ilusión?

Todas. Evidentemente las de la familia, pero en general todas. Aún tengo algunas sin abrir, porque no me dio la vida, pero todas son importantes y aprecio mucho que la gente se acuerde de mí.

¿Cuándo decidió presentarse al cargo de secretario xeral?

Todo empezó hace cuatro años. El secretario xeral de la Federación de Industria me propuso ser secretario xeral de Ourense y yo acepté, hice ese trabajo y ahora que José Antonio (Gómez) anunció que no repetiría, ese mismo secretario xeral junto con la de Servicios Públicos pensaron en mí como posible candidato. Me lo preguntaron y después de hablarlo con la familia y pensarlo decidí que si lo hacía tenía que ser ahora, con 38 años, más adelante no me veía. Si tengo que batallar e ir de aquí allá prefiero hacerlo ahora.

Esta vez se presentaron a la elección dos candidaturas. ¿Está garantizada la unidad en UGT?

Totalmente. Coincidió que fui yo quien salió elegido, pero podría haber sido al revés y no hubiera pasado nada tampoco. Los dos queríamos lo mejor para UGT, eran ideas muy similares y los dos teníamos claro que pasara lo que pasara íbamos a trabajar juntos al día siguiente. Aquí no había una lucha de poder. Yo creo que más que dividir, la democracia interna fortalece. El sindicato sale fortalecido con las dos candidaturas.

¿Es posible recuperar también la unidad sindical en Galicia, en especial en fechas como el Primero de Mayo, donde UGT y CCOO comparten objetivos comunes con la CIG?

Yo soy muy dialogante. Mi talante es muy colaborativo. Conmigo no va a haber ningún problema. Pero hasta donde yo sé, son ellos los que no nos quieren a nosotros, no al revés. Eso sí, yo voy a decir las cosas claras. Una cosa es que podamos ir juntos o no a una manifestación y otra que esté de acuerdo en que se posicionen en contra de la reducción de jornada laboral a 37,5 horas. No tiene ningún sentido ¿Quieren menos? También nosotros. Queremos las 32 horas, pero es un paso adelante. Igual que cuando se aprobó la reforma laboral y al día siguiente se manifestaron. Y ahora se está viendo que la contratación indefinida es la más alta de la historia y se demuestra que funciona. Y decían que era por el precio del despido. Nosotros denunciamos en Europa y ellos no lo hicieron. Es el no por el no, es criticar por criticar. Esa es la postura cómoda. Decir siempre que quieren más. Alguna vez tienes que dar algún paso para acercarte. Cuando estemos en 37,5 horas de jornada laboral pelearemos por las 32, pero si nos ofrecen 35 los cogeremos. Así hasta llegar al objetivo. Con el inmovilismo no se avanza.

¿Cuáles van a ser sus prioridades en el cargo, sus líneas de actuación inmediatas?

No tengo ninguna prioridad. Yo lo que quiero es ponerme manos a la obra para mejorar la vida de los trabajadores en lo que pueda. En recuperar el rural, en materia de vivienda, en la reducción de jornada laboral... hay cincuenta mil temas.

¿Cuál es el pulso del sindicalismo después de que en la crisis económica se perdiese la conexión con los trabajadores?

Es distinto en España que en Galicia. A nivel nacional UGT creció un 25% pasando de unos 80.000 delegados a 107.000. En Galicia la recuperación siempre es más lenta. Yo no soy una persona de estar en la oficina. Entiendo que el sindicalismo se tiene que vivir en la calle y que es ahí donde hay que estar. Yo voy a procurar moverme mucho, estar mucho con los trabajadores, escuchándolos e intentando encontrar soluciones. El sindicalismo se hace en la calle y ahí es donde tenemos que recuperar a esos delegados y afiliados para UGT y que se sientan parte de este sindicato.

¿Cuál es el estado de salud del diálogo social en Galicia?

Por ahora voy a ser prudente, pero por lo que me transmitían creo que hay buena disposición de la Xunta y las conversaciones se están dando.

¿Hay margen todavía para nuevas subidas del SMI, de las que la patronal se desmarca?

Debería haberlo. La patronal ya se desmarcaba hace años con umbrales mucho menores. Ahora se está duplicando la cifra salarial por la que yo mismo trabajé en 2007 y esa empresa para la que yo trabajé lo está pagando y no es el fin del mundo. De hecho sigue teniendo trabajadores y está produciendo más. Con lo cual la patronal también tiene que mirarse un poco los análisis.

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