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En Galicia se entregaron en 2024 solo cinco viviendas protegidas de las 14.371 de toda España

La construcción de este tipo de inmuebles se disparó en todo el país un 60%, pero la producción sigue en mínimos históricos

Bloque de viviendas de protección oficial. |  Noe Parga

Bloque de viviendas de protección oficial. | Noe Parga

G. Santamarina / REdacción

Madrid / A Coruña

La construcción de vivienda protegida, popularmente conocida como VPO (vivienda de protección oficial), creció en 2024 un 62,4%. Los diferentes promotores terminaron en el último año las obras de 14.371 inmuebles de estas características, la cifra más alta desde 2015, aunque su producción sigue estancada en mínimos frente al número de promociones que se desarrollaban durante la década de los 90 y los años anteriores al estallido de la burbuja financiera de 2007, cuando se superaban las 65.000 unidades al año, incluso se alcanzaban las 85.000. En Galicia, por su parte, solo se entregaron cinco de estas viviendas, lo que supone 13 menos que en el año previo y la cifra más baja desde 2019. Los cinco inmuebles se entregaron en la provincia de Pontevedra.

Los datos de 2024 ofrecidos por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana han arrojado un crecimiento generalizado en la promoción residencial. En los últimos doce meses, se entregaron más de 97.800 casas de obra nueva, cifra que arroja que la cuota de la vivienda protegida apenas alcanza el 14,7% del total. El resto de los inmuebles que se desarrollan están calificados como libres. La VPO hoy en día apenas guarda diferencias con la libre, solo que su precio máximo está tasado por las comunidades autónomas.

La mayor parte de las viviendas de protección oficial o pública son desarrolladas por empresas o promotores privados. La calificación de VPO afecta solo al suelo y al inmueble, entre otros asuntos a su precio de venta, pero no tiene que ser vivienda promovida por una administración pública. Durante 2024, promotores privados entregaron 10.622 inmuebles, casi tres veces más que las 3.749 que culminaron las diferentes entidades locales y autonómicas, que son los principales promotores públicos. Los crecimientos son parecidos en el último año: la producción pública crece un 64,7%, mientras la privada un 61,6%.

Alrededor de un tercio de las VPO que terminaron sus obras durante el pasado año, un total de 5.884 inmuebles, fueron vendidas a compradores particulares que las adquirieron teóricamente como residencia habitual. En total, 3.707 inmuebles fueron promovidos con el fin de ser alquilados (24 de ellos con una opción de compra) y 4.771 son clasificados en «otros regímenes de tenencia», según la estadística del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana.

La producción de VPO en España la lideran con mucha diferencia frente al resto Madrid y Barcelona, aunque la capital triplica las cifras de la Ciudad Condal: 6.689 viviendas con algún grado de protección frente a 1.622. Fuera de estas dos, ninguna provincia española supera las 1.000 entregas, aunque algunas presentan cifras destacadas: Córdoba finalizó las obras de 687 viviendas protegidas, o en Valencia, 648 unidades. La producción es alta también en País Vasco, que culminó en 2024 la construcción de 1.956 VPO: 509 en Álava, 689 en Gipuzkoa y 758 en Bizkaia.

Hay grandes diferencias entre las cifras que registran algunas comunidades en 2024 con respecto a 2023. En todos los casos, las cifras utilizadas son calificaciones definitivas, es decir, estas viviendas empezaron a construirse mínimo un año y medio o dos antes de su entrega, que es cuando se incluyen en esta estadística.

La construcción de viviendas de protección oficial se ha mantenido estable o con ligeros cambios en Baleares, mientras en Aragón cae casi un 5%. Sin embargo, hay varias comunidades que presentan grandes desplomes. Algunas no entregaron en el último ninguna casa, como Región de Murcia, La Rioja, Cantabria, Ceuta y Melilla, mientras las caídas alcanzan el 83% en Extremadura, 75,6% en Castilla-La Mancha y 72% en Galicia y Asturias, 38% en la Comunidad Foral de Navarra y 15,6% en Cataluña, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Vivienda.

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