Más del 60% de la energía consumida en Galicia son aún combustibles fósiles
La electricidad, con la hidráulica disparada, cubrió solo el 23% de todas las necesidades de hogares e industrias en 2023 | La demanda de productos petrolíferos mermó casi un 10%

Una persona conecta un cargador a un enchufe. / E. P.
Julio Pérez
El sistema eléctrico de Galicia hizo historia el pasado año. De los más de 23.000 gigavatios hora (GWh) producidos, el 84,6% vino de fuentes renovables, superando el objetivo del 81% marcado para todo el país en 2030 en la reciente actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). La comunidad es una veterana de las tecnologías limpias por la larga tradición de los embalses y el desarrollo pionero de la eólica desde los 90, pero nunca antes su aportación llegó a semejantes niveles. Solo Castilla y León y Aragón superaron ese umbral, con el 93% y el 89%, respectivamente. ¿Cuáles son los motivos? Principalmente, que llovió mucho, más incluso que en 2023. La hidráulica aumentó un 20% y lideró el mix: 10.131 GWh. Las otras dos razones están en la generación que sí tiene emisiones a la atmósfera. El carbón certificó su defunción con el apagado definitivo de la térmica de As Pontes tras casi medio siglo en operación y la actividad de los ciclos combinados con gas mermó un 40%.
«La electricidad es el principal vector energético de la transición energética hacia la descarbonización, ya que permite incorporar las energías renovables del sol, el viento o el agua en el sistema energético», recuerda Red Eléctrica. A mayor demanda en detrimento de los combustibles fósiles, más capacidad para desplazar las fuentes contaminantes y reducir el impacto del CO2. Por eso el PNIEC asienta su estrategia en la electrificación de la economía. Ahora mismo supone alrededor del 24% de toda la energía consumida, según Eurostat —en la UE se sitúa por debajo del 23%— y la aspiración para 2030 es el 35%.
La meta queda muy lejos en Galicia. La electricidad cubre únicamente alrededor del 23% de las necesidades energéticas de la comunidad, según el balance que acaba de publicar el Instituto Enerxético de Galicia (Inega) con los datos de 2023. Fueron 1.231 kilotoneladas equivalentes de petróleo (ktep) de una demanda total de 5.302 ktep. El consumo retrocedió el 1,6% y en la electricidad en concreto el 0,4%.
Las renovables de uso térmico (biomasa, biogás, solar térmica, geotermia, aerotermia y residuos renovables) alcanzaron el 11,8% de la energía demandada por los gallegos; el calor recuperado en las plantas de generación inyectó el 3,2%; y el resto, por encima del 62% del consumo, son combustibles fósiles para uso térmico (23,9%) y transporte (37,9%).
El uso en Galicia de productos petrolíferos y carbón ascendió a 2.181 ktep en 2023. El gas natural alcanzó 815 ktep (casi 900 ktep si se cuenta también el empleo para la generación de electricidad, de la que una parte se exporta y no se consume aquí); los residuos no renovables rondaron las 155 ktep; y 121 los biocarburantes.
Tanto en electricidad como en el resto de fuentes, la producción en Galicia sobrepasa con creces el consumo interno. La llamada energía primaria, que incluye los recursos autóctonos y las materias primas importadas, descendió cerca del 5%, hasta las 11.000 kilotoneladas equivalentes de petróleo. La dependencia de los combustibles fósiles que vienen de fuera escala en este caso al 74,3%, su mínimo histórico. En la cesta de la compra hay 4.117 ktep de crudo de petróleo, 2.477 de gas natural, 1.174 de productos petrolíferos, 204 de biocarburantes y 176 de carbón en la recta final de la térmica de Endesa.
«La importación de energía primaria viene motivada porque los recursos autóctonos no cubren la demanda energética de Galicia, y también para atender las necesidades de materia prima que necesitan las industrias gallegas para generar productos destinados a exportación», explica el Inega, que habla de una tendencia clara a la baja en las importaciones, aunque muy condicionada por el comportamiento de la lluvia y el viento cada año. La contribución local aumentó el 17,6% en 2023 (2.812 ktep) por la extraordinaria aportación de las hidroeléctricas y concentró el 26% del total de la energía primaria en la comunidad.
Parte de las importaciones son de productos ya elaborados, como el butano, el propano, gasolina, gasóleo y fuel óleos. El resto se transforma. El principal proceso para obtener combustibles disponibles para el consumo directo se da en la refinería de Repsol en A Coruña. Allí entraron 4.117 ktep de crudo de petróleo, 879 de productos petrolíferos y 185 de biocarburantes en el último ejercicio analizado por el Inega.
Descontadas las habituales pérdidas en los procesos de transformación, la energía disponible en Galicia superó las 9.600 ktep en 2023. El 55% se consumió en la comunidad, donde destaca la caída de casi el 10% en los productos petrolíferos (2.375 ktep). Otras 4.350 ktep se exportaron: 2.240 en productos petrolíferos, 1.057 de electricidad, 781 de gas natural y 272 de biocarburantes.
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