Galicia busca crear 5.000 empleos en el sector de defensa con el rearme de la UE

Una treintena de empresas opera ya en ese ámbito, pero hay otras 150 con capacidad para sumarse a la cadena de valor, donde Navantia y Urovesa ejercen como tractoras

Fabricación de vehículos blindados en la planta que la compañía compostelana Urovesa tiene en Valga. | Antonio Hernández

Fabricación de vehículos blindados en la planta que la compañía compostelana Urovesa tiene en Valga. | Antonio Hernández

Martín G. Piñeiro

Santiago

Aunque el plan de rearme de la Unión Europea (UE) está todavía muy verde y a estas alturas ni siquiera hay acuerdo sobre cómo denominarlo, la idea fuerza del mismo sí parece definida: se quieren poner sobre la mesa 800.000 millones de euros y flexibilidad para gastarlos en la próxima década. Una cifra de tal magnitud que ha provocado una reacción en bloque de toda la cadena industrial vinculada a defensa. Nadie quiere perder esta oportunidad. Y menos en Galicia, la cuarta comunidad española con más peso de este sector y con una tradición histórica que se remonta a finales del siglo XVIII, cuando el Marqués de Sargadelos fundó en la costa de Lugo la primera siderurgia integral de España dedicada a la producción de material bélico.

Galicia cuenta hoy con más de 30 empresas que operan en el área de defensa, capaces de dar trabajo a 3.500 personas. Pero con el nuevo escenario que abre el plan de rearme europeo, aspira a involucrar a entre 150 y 200 compañías más en esta actividad, lo que generaría hasta 5.000 nuevos empleos.

Son los cálculos de Asime, la patronal gallega del metal, que cuenta desde hace años con un Grupo de Seguridad y Defensa (Secdefense) en el que aglutina a estas empresas. Su secretario general, Enrique Mallón, admite que este nuevo contexto geopolítico «abre una oportunidad sin precedentes para la industria gallega» y Asime «va a estar ahí» para aprovecharla. De hecho, el grupo acaba de regresar de la feria Navdex de Abu Dabi y ya confirmó su presencia en la Feindef de Madrid. Además, la cuarta edición de su propia feria, la Mindtech, prevista del 17 al 19 de junio en Vigo, reservará este año un apartado específico para la industria de seguridad y defensa.

«Si se apuesta por inversiones estratégicas y una mayor agilidad para aprovechar las oportunidades, esta industria puede experimentar un crecimiento significativo en los próximos años, consolidando a la comunidad gallega como un referente en la industria de seguridad y defensa», asegura Enrique Mallón.

«Enorme potencial»

Una filosofía del sector privado que también comparte la Administración. El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, destacó en un reciente informe sobre seguridad y defensa el «enorme potencial» gallego. «La industria de defensa, seguridad, aeronáutica y del espacio constituye un sector estratégico dado su elevado componente de I+D+i, sostenido por empresas y centros de investigación», reconoció.

Aunque hay una treintena de empresas involucradas de forma directa en el sector gallego de defensa, dos de ellas destacan por su capacidad tractora. Se trata de los astilleros de Navantia, en la ría de Ferrol, y Urovesa, que fabrica vehículos blindados en sus plantas de Santiago y, sobre todo, en Valga. Ambas figuran en el top 10 de las mayores compañías del sector en el informe Spain Defence and Security Industry 2025 que se acaba de publicar.

Las ventas de Navantia en 2022 superaron los 1.025 millones de euros y su peso en el ámbito de la defensa en España es del 10,6%. Es la tercera compañía más relevante tras dos divisiones de Airbus. Solo en A Coruña, Navantia Ferrol y Fene supone el 14% del empleo industrial y el 1,5% de la riqueza provincial. Las nuevas fragatas F-110, cuya entrega está prevista para el año 2027, son la punta de lanza de la compañía.

Urovesa

En cuanto a Urovesa, aparece en el puesto nueve del ranking, con un peso del 1% en el sector nacional tras encadenar dos años por encima de los 100 millones de facturación gracias a sus vehículos Vamtac. Ante el nuevo escenario global, tiene sobre la mesa un aumento de personal e inversiones ya que calcula un incremento de la demanda «de un 50% de aquí a dos años», según Justo Sierra, su presidente.

Sin embargo, el sector gallego de defensa es mucho más que eso. La potencia naval de Galicia se traduce en la capacidad de empresas como Aister, Ibercisa, Metalships, Panelship o Wartsila en la construcción de patrulleras y embarcaciones de control fronterizo; los componentes que suministran Industria Ferri, Comevisa, Ucalsa, Pérez Torres, Grupo Davila, Suardiaz, Frimarte, Galenergy...; el desarrollo aeroespacial de la mano de Delta Vigo, Thune Eureka, Utingal o Centum; o la ingeniería aportada por Ghenova, CT Ingenerios, TechnoPro Hispania, Amper...

Spain Defence and Security Industry 2025 incluye en su mapa del sector de la defensa española 115 puntos de trabajo en Galicia: 72 en A Coruña, 39 en Pontevedra, tres en Lugo y uno en Ourense. Tan solo Madrid, Andalucía y Murcia aportan más peso a un sector que, en el conjunto nacional, generó 7.500 millones de euros en volumen de ventas, con casi 70.000 puestos de trabajo en 376 empresas.

En este ecosistema industrial y con una inversión sin precedentes en la agenda europea, el principal reto del sector gallego pasa ahora por convencer a las pequeñas y medianas compañías para que se enganchen a esta cadena de valor de la seguridad y la defensa nacional. Para las pymes, el paso no es siempre sencillo, ya que el desconocimiento del sector, la exigencia de determinadas certificaciones específicas y las condiciones estrictas que exigen para trabajar las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado pueden ejercer como barreras.

Ventajas

Sin embargo, el sector ofrece a cambio algunas ventajas importantes, como la estabilidad. «La de defensa es una industria muy estable, no tan cíclica como puede ser la naval o la automoción», que generan gran volumen de trabajo en un momento pero pueden frenar la actividad en otro en el que escasean los pedidos, apuntan desde Asime, donde precisamente están centrando sus esfuerzos en acompañar a esas pymes para que puedan adentrarse en la industria de defensa de la mano de una compañía tractora que cuente con ellas. Y, de momento, constatan «un creciente interés» en sumarse a esta oportunidad de crecimiento para ellas... y para Galicia.

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