La ‘startup’ coruñesa Aguia revoluciona la inspección de carreteras con drones

Juan Pan y Javier Losada llevaban años bromeando con la misma idea: si algún día querían volver a A Coruña y trabajar desde aquí, tendrían que inventarse su propio empleo. Ingenieros aeronáuticos formados en Madrid, han pasado buena parte de sus carreras vinculados al sector aeronáutico estatal. «En Galicia no había nada en este campo», recuerda Pan.

Todo cambió en 2017, cuando la Xunta lanzó la iniciativa Business Factory Aero (BF Aero), un programa para impulsar startups del sector aeroespacial. Ahí comenzó a gestarse Aguia, una empresa con nombre de ave de altos vuelos y la vista puesta en las carreteras.

Fundada en mayo de 2022 y radicada en Oleiros, Aguia propone una forma nueva de inspeccionar infraestructuras: con drones e inteligencia artificial. Su primer producto, Smart Pavement Analytics (SPA), permite analizar el estado de las carreteras de forma automatizada a partir de miles de imágenes tomadas desde el aire. «La idea surgió durante la pandemia. Nos llamábamos los domingos por la mañana y nos poníamos a imaginar qué podríamos hacer. De esas conversaciones nació Aguia», cuenta Pan.

SPA realiza vuelos sobre las carreteras y captura imágenes de alta resolución a razón de una por segundo. Después, gracias a algoritmos de visión artificial, detecta defectos como grietas o baches y mide con precisión centimétrica su extensión. El resultado: un informe automático y detallado del estado del pavimento, que incluye también el Pavement Condition Index (PCI), una referencia internacional en la inspección visual de firmes.

Automatización

«El proceso está casi totalmente automatizado, desde el análisis hasta la generación de informes», explica el cofundador. «Lo único que requiere intervención humana es la revisión final por parte de un técnico. Queremos que el proceso sea lo más eficiente posible, y minimizar la intervención manual», explica.

Según datos de la empresa, analizar 10 kilómetros de carretera supone solo una hora de vuelo, en la que se sacan unas 3.000 fotos, y media hora de procesamiento de las imágenes.

Pero la eficiencia no es la única ventaja. El sistema de Aguia elimina también los riesgos de los métodos tradicionales. No hace falta cortar carriles ni ubicar operarios en la calzada. «La vía sigue operativa al 100% durante la inspección», destaca Pan. Y el nivel de detalle, asegura, «es tan alto que se pueden apreciar los defectos con precisión centimétrica».

Los inicios no fueron fáciles. «Este sector es muy conservador», reconoce el ingeniero. «Las ingenierías privadas, una vez tienen un contrato de mantenimiento, no suelen querer ir más allá. Por eso nos dirigimos directamente a las administraciones públicas, que son las que pueden marcar el paso», reconoce.

La estrategia está dando sus frutos. Aguia ya ha trabajado para la Xunta en una primera prueba en Lugo, y acaba de entregar los resultados de otra a la Comunidad de Madrid. En mayo, inspeccionarán varias carreteras para la Diputación Foral de Gipuzkoa y mantienen conversaciones avanzadas con varios ayuntamientos gallegos, como los de A Coruña, Oleiros y Culleredo.

La empresa también ha iniciado contactos con operadores de drones en Asia, Estados Unidos y otros países europeos. «No queremos que el paso al mercado internacional se nos demore demasiado», reconoce Pan. El modelo de negocio de Aguia se basa en ofrecer servicios de inspección, más que en vender un software con licencia. «Es una especie de consultoría de ingeniería apoyada en inteligencia artificial», resume Pan.

Esta estrategia les ha permitido arrancar sin una gran inversión inicial. Hasta ahora se han financiado con fondos propios y ayudas públicas, entre ellas las del programa BF Aero, donde acaban de ser seleccionados para la última fase, la de consolidación.

También han realizado los primeros contactos con potenciales inversores, aunque su filosofía es mantener el control y crecer con calma. «No montamos esto para dar el pelotazo», confiesa Pan. «Queremos un proyecto que esté radicado en A Coruña, que nos permita tener una vida laboral estable y conciliar. No aspiramos a crecer de forma desmesurada, sino a crear algo que realmente aporte valor a la sociedad», resume. «Pero creemos que estamos cerca del umbral de rentabilidad. No hace falta vender inspecciones de muchísimos kilómetros para que esto sea sostenible», asegura.

Desde las alturas, como su nombre indica, Aguia quiere ofrecer una nueva forma de cuidar las infraestructuras. Con precisión, seguridad y tecnología nacida en A Coruña.

Siguiente paso: estructuras de hormigón o metálicas

Aguia ya está desarrollando planes para aplicar su tecnología a otro tipo de infraestructuras, como estructuras de hormigón o metálicas, aunque las carreteras seguirán siendo su prioridad a corto plazo.

Uno de los mayores retos es entrenar a los algoritmos para que sean cada vez más precisos. «Siempre hacemos una revisión de los resultados y si encontramos errores, usamos esos datos para reentrenar los modelos», detalla Pan. «Estos contratos pequeños nos permiten mejorar continuamente. No siempre es necesario, pero cuando lo hacemos, puede llevarnos un par de semanas», apunta. Con un equipo base que arrancó en enero de 2023, Aguia ha logrado consolidar una tecnología pionera que está empezando a abrirse camino en un sector reticente al cambio. «El gran escollo es la venta», admite Juan Pan.

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