Entrevista | Amelia Pérez Líder de CC OO Galicia
«Las empresas se crean para ganar dinero, pero tampoco los trabajadores son ONGs»
Recién reelegida como líder de CC OO en Galicia, Amelia Pérez apela «a lo importante» en «estos tiempos oscuros». «Estar centrados y currar y currar —repite— para defender a las trabajadoras y trabajadores». Confiesa que en algún momento dudó si presentarse otra vez por el desgaste que provoca el cargo.

Amelia Pérez, reelegida líder de CC OO Galicia. | Santos Álvarez
Julio Pérez
¿Qué pudo más para optar finalmente a la reelección?
Pudo la responsabilidad. Siendo la primera mujer en ser secretaria general de un sindicato en Galicia no podía retirarme a la primera de cambio. Hay que tirar para delante para que también otras compañeras en otros ámbitos de la sociedad vean que se puede romper el techo de cristal. No puedes estar pidiendo igualdad y cuando los compañeros y las compañeras te piden que des un paso adelante no hacerlo.
¿Ser mujer influye todavía en cómo le ven los demás en una reunión, por ejemplo?
Desde el primer día. El sindicato es un reflejo de la sociedad y sigue habiendo compañeros a los que les genera rechazo una mujer al frente.
¿Y cómo lidia con eso?
Afrontándolo con el arrojo que me llevó a dar el paso porque hay que seguir peleando para visibilizar el papel de la mujer en la sociedad. Este tipo de actitudes hacen que siga queriendo avanzar mucho, mucho más. Hay personas que prefieren mirar para otro lado frente a muros como ese. Yo no. Peleo para que la igualdad sea efectiva y, como dije en mi discurso de cierre en el congreso, para trabajar con sororidad y empatía en un momento de ola reaccionaria hacia el feminismo por los discursos de la derecha y la ultraderecha.
En ese discurso apeló a «salir a la ofensiva» para afrontar los desafíos de estos «tiempos oscuros».
Siempre hablo de la necesidad de disputar el relato y el reparto de la riqueza. Son tiempos oscuros por la involución clara con el intento de recorte de derechos y libertades y el incremento de los autoritarismos. Ahí debemos salir a la ofensiva. En el ámbito estrictamente laboral, los desafíos son muchos. Tenemos una propuesta ya aprobada por el Consejo de Ministros para la reducción de la jornada laboral. No vale que la patronal y algún partido político digan que no se puede hacer. No es verdad. En este país se han desmontado ya otros mantras parecidos, como que la subida del salario mínimo provoca un incremento del desempleo. Pues con la reducción de la jornada laboral, igual. Parece que aquí solo se puede avanzar en la parte empresarial. Entiendo que tiene que haber un equilibrio en las empresas para que puedan sobrevivir. Pero también digo que si un empresario no puede o no quiere pagar a sus trabajadoras y trabajadores adecuadamente para que puedan hacer un proyecto de vida, esa empresa debe cerrar. No podemos seguir con esas mentalidades. Después de 40 años va tocando reducir la jornada laboral. Hay empresas punteras que lo han hecho y reconocen la mejora de productividad. Estar instalados siempre en la competición a bajo coste es de mediocres.
¿Hay más de no poder o de no querer pagar?
De no querer pagar. Mira, el ejemplo más claro es la huelga que empezó el viernes en el sector de la alimentación en Ourense con empresas que han tenido beneficios multimillonarios y pagan a las plantillas el salario mínimo. Me parece indecente. Los trabajadores hacemos ejercicios de responsabilidad cuando una empresa no va bien pactando ERTE. Ahora sí, cuando va bien, no puede ser que los beneficios se queden siempre en un bolsillo. Es una mentalidad cicatera de una parte, no todo, del empresariado de este país. Entiendo que cuando se monta una empresa es para ganar dinero, pero los trabajadores tampoco son una ONG.
No es igual llevar esa reducción de jornada a grandes empresas que a las micropymes que dominan el tejido productivo de Galicia. ¿Estaría de acuerdo en escalar la implantación?
Somos conscientes de los distintos tamaños de empresas, pero también de que hay una parte muy importante de trabajadores sin el paraguas de un convenio colectivo. El presidente de la patronal gallega dijo que ellos preferían llevar la reducción de la jornada a la negociación colectiva porque ahora mismo era una imposición. ¿Y qué hacemos con las personas que no tienen convenio colectivo? En el diálogo social se abordó ese escalado, ¿sabes? Pero pretender hacerlo a 5, 6 o 7 años... Te encuentras con la cerrazón de la otra parte y esa idea de que cada vez que hay una mejora en el ámbito laboral en este país parece que se acaba el mundo.
Después del gran número de acuerdos del diálogo social durante la pandemia, parece que ahora languidece.
Languideciendo no, pero como durante esos años hubo tantos acuerdos, ahora parece que el saco está vacío. Pero ha habido acuerdos posteriores. No tantos ni con la misma profundidad, fruto un poco también de cómo va la legislatura.
¿Por posicionamientos políticos?
Por posicionamientos políticos.
¿Y en Galicia?
Cuando llegó este conselleiro [José González, conselleiro de Emprego, Comercio e Emigración], le tendimos la mano para intentar abrir una serie de mesas de diálogo social, entendiéndolo como concertación social. Compartíamos la necesidad de profundizar, de implicar a más consellerías. Nosotros le pusimos encima de la mesa una serie de propuestas y la primera era abordar la siniestralidad laboral. La patronal quería tratar el absentismo y fue la que cogieron. Se está tratando de culpabilizar a los trabajadores. Otro de esos mantras. Si alguien tiene una baja larga, primero es porque está enfermo. Segundo, se la da un facultativo. Tercero, las listas de espera están como están. Se puede hablar de absentismo, pero no quedándonos en la superficie. Analicemos de dónde viene esa duración, el impacto de la media de edad de los trabajadores porque todos sabemos que con el incremento de la edad aumentan las patologías crónicas también. Es muy fácil lanzar ese mensaje como hizo la Xunta de: «vamos a inspeccionar y dar de alta al 40% de los trabajadores». No lo entiendo, de verdad. Intentaremos retomarlo, teniendo claro que la prioridad para nosotros es estar en una mesa con la Inspección de Trabajo para ver qué está pasando para tener las cifras de siniestralidad que hay.
¿Nos hemos relajado todos con la prevención de riesgos?
Creo que sí. Si una empresa se queja de altos índices de absentismo, debería hacer un análisis de riesgos psicosociales, como se hacen en ergonomía. Hoy en día hay mil mecanismos, lo hacen incluso desde las mutuas. Pero es más fácil siempre echarle la culpa a los demás.
Actividades nuevas, falta de formación, conocimientos tecnológicos, desacuerdo en las condiciones laborales... De la multicausalidad en las vacantes, ¿hay alguna razón principal?
Las condiciones laborales. No solo el salario. Hablando con la gente joven se ve. Tienen menos problemas para, digamos, soltar lastre. No solo valoran la parte salarial. Quieren conciliar, tener días libres. Que el trabajo les compense.
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