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El fabricante chino de baterías CATL protagoniza la mayor salida a bolsa del año

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Adrián Foncillas

Adrián Foncillas

Son dimensiones hiperbólicas: el mayor fabricante mundial de baterías para coches eléctricos ha protagonizado este martes en Hong Kong la mayor salida a bolsa del año. Las acciones de la china CATL (Contemporary Amperex Technology) han subido hasta el 18% en su debut, con una evolución mejor de lo que se pronosticaba, y con el que espera conseguir liquidez suficiente para construir sus nuevas plantas en Europa. Una de ellas abrirá en Zaragoza el próximo año.

La operación había atraído un interés desorbitado desde su anuncio en diciembre. La demanda para el montante reservado a inversores institucionales multiplicó por 15 la oferta y la de los inversores minoristas fue 150 veces superior, según la compañía. El propósito de la víspera, muy conservador, era conseguir 31.000 millones de dólares de Hong Kong (unos 3.548 millones de euros) con la colocación de 117,9 millones de acciones.

CATL resume el brío del sector chino. Fue fundada en 2011 en Ningde (provincia oriental de Fujian) y se benefició de las políticas oficiales para mitigar la calamidad medioambiental que habían dejado décadas de desarrollismo sin bridas. Los coches eléctricos fueron subrayados en el plan quinquenal. "La salida a bolsa en Hong Kong subraya nuestra creciente integración en los mercados de capital global y sella nuestro compromiso para promover la economía de emisiones cero", ha dicho hoy su presidente y fundador, Robin Zeng

Hoy cuenta con 100.000 trabajadores, 13 fábricas y seis centros de investigación en todo el mundo. Ha encadenado el título de mayor fabricante global de baterías durante ocho años y hoy concentra el 38% del mercado, dos puntos porcentuales más que el pasado año. Muy lejos queda el también chino BYD (17,2%) y el surcoreano LG (10,8%), según SNE Research. Entre su nómina de clientes figuran Volkswagen, BMW, Mercedes-Benz, Ford, Toyota y Honda. Despunta en todos los aspectos técnicos y arrolla en la velocidad de carga, sostienen los expertos. Unas semanas atrás presentó una batería que podía cubrir 320 millas con apenas cinco minutos de carga. Son 70 millas más que las que ofrece BYD con el mismo tiempo.

No ha escapado CATL de las fricciones comerciales entres las dos grandes potencias. Políticos estadounidenses han alertado sobre los riesgos para la seguridad nacional y Washington la incluyó en la lista negra de compañías que colaboran con el Ejército de Liberación Popular. La empresa calificó esa decisión de error y asegura que está trabajando con la Casa Blanca para solventar el malentendido. Las suspicacias explican que JPMorgan y Bank of America recibieron una carta de las autoridades recomendando que se bajaran de la salida a bolsa hongkonesa. En esta han sido vetados los inversores estadounidenses onshore (mantener operaciones dentro del país de residencia) aunque sí han podido participar los offshore (trasladar operaciones a jurisdicciones extranjeras).

Pekín y Washington firmaron la semana pasada en Ginebra el armisticio en la guerra comercial que levantaba el grueso de los aranceles. Quedan vigentes, sin embargo, las barreras estadounidenses a los vehículos extranjeros y sus componentes. No supone un drama para CATL porque el 70% de sus ingresos llegan del mercado chino. La compañía, al igual que otras firmas del sector, se han esforzado en los últimos años en diversificar sus mercados para atenuar el golpe.

El desembarco en el parqué de la excolonia, que complementa su presencia en el de la vecina Shenzhen, responde a la estrategia de globalización que estimula Pekín. Un diario oficial aclaraba hoy que el capital aceitará la expansión que habían trabado las limitadas reservas de moneda extranjera y las turbulencias geopolíticas. Una de sus prioridades consiste en acercar las fábricas a sus clientes europeos. Abrió una Alemania en 2023, está levantando otra en Hungría y en diciembre anunció la tercera en Figueruelas (Zaragoza). Será una joint venture al 50% con Stellantis, propietaria de Fiat y Chrysler, que abrirá a finales del próximo año. También son dimensiones hiperbólicas: la mayor planta de baterías en España contará con una inversión de 4.100 millones de euros y una capacidad instalada que puede alcanzar los 50 gWh.

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