La Xunta quiere que Galicia esté en la primera subasta de parques eólicos marinos

Después de la moción del BNG apoyada por el PP en el Congreso para frenar el sector, el Ejecutivo autonómico se queja del retraso

Vista de una eólica marina. |  Miteco

Vista de una eólica marina. | Miteco

Julio Pérez

A Coruña

El Consejo de Ministros aprobó el real decreto que regula la producción de electricidad con fuentes renovables en el mar el pasado 24 de septiembre. Es el marco normativo general, que busca «maximizar sus externalidades positivas», particularmente la generación de nuevos empleos y la expansión de la industria, «y minimizar los impactos ambientales». Desde que el Gobierno desveló su firme decisión de abrir las costas españolas a los parques eólicos, el sector pesquero puso el grito en el cielo e, incluso, intentó paralizar el desarrollo offshore llevando a los tribunales los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) donde se identifican las zonas de alto potencial para este tipo de instalaciones. El Supremo rechazó los argumentos de la Plataforma en Defensa de la Pesca y de los Ecosistemas Marinos en su recurso. Ni faltó información sobre la actividad pesquera en la elaboración del documento, ni hubo «arbitrariedad y desviación de poder» por parte del Ejecutivo.

A pesar de la contundencia del veredicto, la Comisión de Agricultura del Congreso de los Diputados aprobó el pasado martes una proposición no de ley del BNG que insta a aplazar el decreto necesario ahora para lanzar las subastas de los emplazamientos y valorar los proyectos hasta analizar todos sus posibles impactos. Los nacionalistas gallegos contaron con el apoyo de PP, Sumar y Bildu, mientras PSOE y Vox votaron en contra y PNV y Junts se abstuvieron.

Hoja de ruta

La Xunta parece tener su propia hoja de ruta. Le tarda que la eólica marina vaya adelante después de «casi tres años de retraso». «Galicia quiere estar en la primera subasta de megavatios», aseguró ayer Pablo Fernández Vila, director xeral de Planificación Enerxética e Minas. Él mismo recordó que la anterior ministra para la Transición Energética y actual vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva, Teresa Ribera, dejó caer tras la aprobación del real decreto que los complejos flotantes se estrenarían en zonas donde tengan un mayor respaldo. El sector apunta a Canarias, la otra región con mejores condiciones para hacerlo. El alto cargo de la Consellería de Economía e Industria insiste en colocar a Galicia en los puestos de salida. «La Xunta —asegura— lo dice claramente». Durante su intervención en la jornada organizada sobre energías marinas organizada por Cluergal en Ferrol, subrayó que la comunidad no quiere «perder una oportunidad única» con el objetivo de situarse «a la vanguardia» de esta tecnología, en la que existe una importante cadena de valor dentro de la industria del metal regional. «Traccionar toda la cadena de valor de la industria —añadió—, atraer riqueza, generar puestos de trabajo e inversiones».

«Defender esta postura no está en contra de lo que llevamos meses y años diciendo», remarcó Fernández Vila, con una defensa del impulso a la eólica marina «garantizando la coexistencia y compatibilidad con el medio merino y con las actividades existentes». De hecho, cree que se pueden «generar sinergias» con esos otros sectores, «como el pesquero».

La Axenda Enerxética de Galicia 2030 aspira a que en la comunidad se instalen unos 800 megavatios (MW) de los 3.000 previstos para toda España en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Hasta ahora ya se presentaron más de una veintena de propuestas en el litoral autonómico que superan los 15.000 MW.

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