El consumo de pescado en Galicia se sitúa ya por debajo de hace 25 años
En 2024 alcanzó 22,92 kilos por habitante tras otra caída del 3,2% | Los frescos bajan el 4% y un 3,8% mariscos, moluscos y crustáceos | La conserva aguanta con un alza del 2,7%

Una placera vende sardinas a una clienta en la plaza de Lugo. / Iago López
julio pérez
Interfish, la única interprofesional pesquera de España, anunció hace pocos días que dedicará parte de los ingresos de la flota a promocionar el consumo de pescado. Es una decisión pionera de la organización que reúne a Orpagu, la OPP de Burela, Opromar y Conxemar para intentar revivir el apetito de los hogares por un básico de la cesta de la compra en claro declive. Por ahí van también los esfuerzos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación con el refuerzo de las campañas. A través de la estrategia Alimentos de España, por ejemplo, este año se hace especial hincapié en mostrar «la amplia variedad de productos de la pesca y de la acuicultura», la importancia de incorporarlos «de forma habitual a la dieta como alimento sano, nutritivo y de calidad» y, de paso, «ayudar a mejorar la reputación del sector». La Xunta tiene en marcha desde 2021 su iniciativa «Galicia sabe Amar». Mezcla la publicidad convencional en vallas y medios de comunicación y un foodtruck que, entre otros lugares, viaja hasta los colegios de la comunidad para concienciar a los más jóvenes de «los múltiples beneficios» del pescado para la salud.
Toda la cadena de valor y las administraciones coinciden en que al pescado le están pasando factura los profundos cambios de hábitos sociales y del modelo de vida. Y no hay rastro de tregua en la fuerte tendencia a la baja que arrancó durante la grave recesión financiera de 2008 y se agravó con la sacudida de la inflación en 2022. El consumo per cápita de productos del mar en Galicia alcanzó los 22,92 kilos en 2024 tras otra merma del 3,2% respecto al ejercicio anterior, según el informe anual de la alimentación presentado ayer por el ministro Luis Planas. A diferencia de la estabilidad en el resto de los alimentos tras la moderación de los precios, el pescado ahonda en su particular crisis, situándose ya en la comunidad en los niveles más bajos de la serie estadística que empezó a publicarse en 1999.

Consumo de pescado en 2024. / Hugo Barreiro
La demanda total de pescado en los hogares gallegos rozó las 63.000 toneladas, frente a las 64.400 de 2023. El gasto sí creció por el efecto de la inflación: 2,7%, hasta los 6545,7 millones de euros. El desembolso por habitante pasó de 234,3 a 235,2 euros.
En el caso concreto de los pescados, el descenso fue del 4,7%, con 12,37 kilos por persona en la comunidad. El consumo de frescos menguó el 4% (10,68 kilos) y el 9,1% en congelados (1,69 kilos). La merluza se mantiene en cabeza (2,21 kilos per cápita) a pesar del desplome del 7,8%. Le sigue el salmón, una excepción a la regla general con un incremento cercano al 10% (1,44 kilos). El bacalao (1,06 kilos) disminuyó el 13,8%. Entre el resto de retrocesos destacan el atún y el bonito (-19,5%) y el rape (-16,6%); del otro lado de la balanza, aumentaron la lubina (19,4%) y el pez espada (148%).
De media, cada gallego comió 6,58 kilos de mariscos, moluscos y crustáceos, lo que supone un recorte del 3,8%. El mejillón fresco se desplomó el 22% (1,44 kilos); y un 14% las almejas y berberechos (0,31 kilos). El consumo de calamares y pulpo repuntó prácticamente el 10% (1,44 kilos); y bajo el 3,5% el de gambas y langostinos congelados (1,32 kilos).
La conserva consolida su resiliencia. El consumo aumentó el 2,7% y se acerca a los 4 kilos por persona al año. No por la buena evolución del principal producto, el atún —1,88 kilos, un 2,7% menos que en 2023—, sino por el gran incremento del pescado salado, que se disparó el 44% (0,66 kilos).
Galicia es la segunda autonomía con mayor consumo de pescado por habitante, solo por detrás de País Vasco (23,18 kilos). La media estatal se colocó en 17,99 kilos después de un descenso del 4,9%. Las caídas en Asturias, Castilla-La Mancha y Canarias superaron el 11%. La demanda engordó únicamente en Aragón (0,2%) y Extremadura (3,5%). «Si se analiza el contexto total del mercado de gran consumo, se observa que la categoría de productos pesqueros pierde relevancia», confirma el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Mientras el mercado alimentario en su conjunto se contrajo el 0,2%, el volumen de la pesca (843.500 toneladas en total) disminuyó el 3,7%. El gasto subió (0,2%, hasta los 9.381 millones de euros) porque el pescado estaba más caro (4% de media). «Esta dinámica revela que, en un entorno donde otras categorías crecen en valor —añade el balance—, los productos pesqueros apenas mantienen su facturación, lo que refuerza la idea de pérdida de peso dentro del conjunto del consumo en el hogar».
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