Premios Empresa del Año Banco Sabadell

Una nueva generación de empresas punteras reinventa la economía de Galicia

Los galardonados en esta edición de los Premios Empresa del Año de Banco Sabadell y Prensa Ibérica Galicia comparten una visión privilegiada para adelantarse a su tiempo, una firme apuesta por la innovación y la sostenibilidad y el fuerte compromiso por el impacto social

Vista general de la terminal de contenedores de Guixar, del Puerto de Vigo.

Vista general de la terminal de contenedores de Guixar, del Puerto de Vigo. / Marta G. Brea

Julio Pérez

Vigo

Cuando Justo Sierra recogió la Medalla de Oro de la Orden de la Cámara de Comercio de España concedida a título póstumo a José Sierra Fernández el pasado octubre, el actual consejero delegado de Urovesa desveló la gran lección que heredó de su padre y fundador de la compañía. «Nos transmitió lo importante que es ser una persona de valor y no una persona de éxito, el éxito es por consecuencia del valor. En su vida, siempre buscó adquirir, potenciar y transmitir los valores, siempre causó un impacto positivo entre todas las personas que conocía», recordaba el galardonado como mejor empresario en la segunda edición de los Premios Empresa del Año Banco Sabadell en colaboración con LA OPINIÓN DE A CORUÑA, FARO DE VIGO y EL CORREO GALLEGO, las tres cabeceras de Prensa Ibérica Galicia.

La compañía tomó prestado su nombre al uro, la especie de toro europeo de la que nace el árbol genealógico de casi todas las razas de ganado bovino domésticas. Y sí, lo suyo fue una embestida al mercado. En 1983, solo dos años después de encender los motores, ya era líder de ventas en todoterrenos para la lucha contra incendios; y en 1984 se convirtió en proveedora oficial del Ministerio de Defensa de España, una exitosa alianza que erigió a Urovesa en referente del sector por la innovación constante de sus vehículos de altas prestaciones y le abrió las puertas a la expansión en una treintena de países.

Con el proyecto de ampliación de sus instalaciones en Valga alcanzará una capacidad productiva de 5.000 unidades al año. Justo Sierra fue director comercial y director de marketing antes de ponerse al frente. Preside también la patronal del metal Asime. Sirve de ejemplo, nada habitual, del exitoso relevo al frente de un fructífero negocio familiar y de cómo una nueva generación de empresas pioneras está reinventando la economía gallega.

En esa liga juega Pablo Fernández Castro. Plantó la semilla de Norvento en 1981, el mismo año en el que nació Urovesa. Comparten el perfil visionario. El emprendedor lucense creyó en las renovables cuando prácticamente todo el mundo las miraba con incredulidad y hoy capitanea el principal grupo energético de capital íntegramente gallego, diversificado en fuentes limpias y con una fuerte vertiente tecnológica. Acaba de lanzar TECHnPower, su marca comercial para esta pata del negocio que engloba toda la familia de soluciones de vanguardia para generación, gestión y almacenamiento de energía renovable. «Siempre me he sentido comprometido con Galicia», dice el líder de Norvento, distinguida por su bandera de la sostenibilidad.

El tejido productivo regional le debe muchísimo a este tipo de empresas, de gestión familiar, pymes que se han ido haciendo grandes y están globalizando el made in Galicia. Las exportaciones de la comunidad batieron en 2024 su enésimo máximo histórico con un saldo de 31.079 millones de euros. El negocio exterior se ha consolidado como un colchón de resiliencia para el Producto Interior Bruto (PIB) regional frente los vaivenes de la demanda interna por la contención del consumo. El gasto de los hogares cerró el ejercicio con una contracción del 0,3% y, aunque en el primer trimestre dio la vuelta a los números rojos (0,4% de alza), en el escenario a largo plazo dibujado por el Instituto Galego de Estatística (IGE) será el componente con peor comportamiento hasta, al menos, 2028.

¿La causa? Principalmente, el invierno demográfico. La falta de relevo generacional lastra la economía en general y el mercado laboral en particular, donde casi todos los sectores alertan de problemas para cubrir vacantes. Aún así, Galicia acaba de recuperar por fin los niveles de empleos previos al estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008. El último día de mayo había de alta 1.096.790 ocupados, cifra sin precedentes.

De la mano de Banco Sabadell y por segundo año consecutivo, los diarios de Prensa Ibérica Galicia quieren reconocer públicamente a las empresas y empresarios que están dejando huella en el territorio, ayudando a la economía gallega a superar los enormes desafíos de un mundo que parece cambiar de la noche a la mañana. «Fuente de inspiración y buen hacer para quienes se proponen emprender y, por tanto, contribuir a la generación de riqueza y al fomento de la innovación y la competitividad en Galicia», señalan los organizadores. Historias de éxito que, desde esta esquina del mundo a menudo apartada, derriban fronteras y lideran sectores.

Como Profand. La pesquera viguesa acaba de subir a lo alto del podio de la industria española de elaborados de productos de mar en volumen de negocio tras superar los 1.000 millones de euros. Este año recibe la distinción a mejor empresa. Porque ha conseguido alcanzar una cifra nunca antes vista entre sus competidores y porque, con solo década y media de vida, emplea a casi 5.600 personas tras 15 compras por todo el mundo y tiene «un compromiso tangible con el planeta», como dice su consejero delegado, Enrique García Chillón.

Ibercisa, premio empresa más internacional, demuestra que la especialización es un tesoro. Sin ella, no se entendería la relevante cadena de valor del naval gallego. Cuenta con clientes en 55 países y proyecta otra ampliación de las instalaciones por la acumulación de carga de trabajo.

Del naval procede también el empresario al que los galardones quieren reconocer su trayectoria. José García Costas confiesa en estas páginas que iba para médico, «pero en casa había que arrimar el hombro». Él solo podría escribir un capítulo entero de la historia contemporánea de la economía gallega. A sus 81 años, el fundador de Emenasa sigue con la agenda apretada. A punto de cumplir el 25 aniversario al frente de la Cámara de Comercio de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía, dice que su carrera conjuga «suerte y acierto».

Hace muy pocos días, en una de las tiendas de Familia de Vigo, el director general hasta el año pasado y principal accionista de Vegalsa-Eroski, Joaquín González, charlaba con algunos de los trabajadores sobre el día a día del negocio. Así se construye un gigante de la distribución alimentaria, reconocido en la categoría de empresa familiar. Con una facturación récord de 1.640 millones de euros y una plantilla de más de 7.000 trabajadores en 2024, el grupo, gestionado ahora por José Manuel Ferreño, logró una cuota de mercado de casi el 22%.

Desde los años 70, con el inicio de sus servicios logísticos especializados a la factoría de Citroën, Suardiaz ha incorporado a Vigo a su ADN. Aquí está también su base de reparación y construcción de buques. La ciudad es un hub estratégico para el grupo con rutas a Reino Unido, Francia o Marruecos. Visionaria en el lanzamiento de las autopistas del mar, la firma dirigida por Juan Riva es también un paradigma en sostenibilidad, otra razón más para llevar el premio a la empresa más logística.

La nómina de galardonados de esta edición se completa con dos nombres propios de dos sectores destinados a marcar la hoja de ruta de la modernización de la economía gallega. Tino Fernández ha hecho de Altia, premio empresa de mayor impacto social, un modelo a seguir de tecnología al servicio de la gente. Más allá de los grandes contratos que la compañía gana para modernizar la operatividad de instituciones públicas con la ciudadanía y en las empresas, en su faceta de promotor de la sostenibilidad e impacto social destacan iniciativas como el programa punto.tech para reducir la brecha digital y avanzar en la inclusión social.

La biofarmacéutica Libera Bio, la mejor startup, desarrolla una nueva generación de nanomedicamentos de precisión, basados en patentes tecnológicas propias, con el objetivo de mejorar los tratamientos del cáncer. Surgió del laboratorio de la profesora María José Alonso, una de las mayores expertas en nanotecnología, y su gran objetivo es abordar dianas intracelulares que en este momento no son tratables en oncología. 

Galería de ganadores

Premio Empresa del Año Banco Sabadell

Profand

Premio Empresario del Año Banco Sabadell

Justo Sierra

Premio Empresa Internacional

Ibercisa

Premio Empresa Familiar

Vegalsa-Eroski

Premio Empresa Mayor Impacto Social

Altia

Premio Trayectoria Empresarial

José García Costas

Premio Empresa Logística

Suardiaz

Premio Empresa Sostenible

Norvento

Premio Startup

Libera Bio

Los miembros del jurado

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