PREMIO EMPRESA DE MAYOR IMPACTO SOCIAL

La rentabilidad no lo es todo: el compromiso que marca la diferencia

Altia avanza en consolidar un modelo que entiende la tecnología no solo como una herramienta de eficiencia, sino también como un vehículo para el cambio social

Constantino Fernández, presidente de Altia.

Constantino Fernández, presidente de Altia.

Manolo Rodríguez

Manolo Rodríguez

A Coruña

En un momento en el que las empresas están llamadas a ir más allá de la rentabilidad económica, Altia, presidida por Constantino Fernández, se ha consolidado como un referente en el desarrollo de una estrategia empresarial con impacto social positivo. Su compromiso se articula a través de una apuesta decidida por la sostenibilidad, la innovación con propósito y el desarrollo de las personas, todo ello bajo una cultura corporativa que pone en el centro a las personas y al entorno.

La compañía, especializada en servicios de consultoría, desarrollo y mantenimiento de soluciones tecnológicas, ha convertido el impacto social en uno de los ejes de su actividad. Así lo recoge su Informe de Sostenibilidad 2024, que destaca iniciativas orientadas a generar un cambio positivo tanto dentro como fuera de la organización.

Uno de los pilares fundamentales de esta estrategia es el desarrollo profesional de su plantilla, formada por más de 4.000 personas en distintos países. Altia ha situado la formación continua y el bienestar laboral como prioridades. En el último año, la empresa impartió más de 175.000 horas de formación para potenciar tanto las competencias técnicas como las habilidades de liderazgo. Además, la compañía ha consolidado un modelo de trabajo híbrido y flexible que refuerza la conciliación y mejora la experiencia laboral. Este enfoque ha sido reconocido en varios rankings como Best Places to Work in IT y Best Workplaces en Portugal y Europa.

Altia también ha reforzado su compromiso con la sostenibilidad. En 2024, se incorporó al Pacto Mundial de Naciones Unidas y avanzó en la medición de su huella de carbono bajo los estándares internacionales del GHG Protocol en todos los países en los que opera. La compañía impulsa prácticas de reutilización de recursos y promueve el uso responsable de la energía, con el objetivo de reducir su impacto ambiental y contribuir a un desarrollo sostenible.

Lejos de entender la sostenibilidad como una cuestión exclusivamente ambiental, Altia adopta una visión integral que combina eficiencia económica, equidad social y protección del entorno. Transparencia, ética y equidad son valores que guían su actuación empresarial.

La innovación tecnológica es otro de los vectores con los que Altia busca transformar positivamente su entorno. La compañía desarrolla soluciones y procesos que no solo buscan mejorar la competitividad de sus clientes, sino también generar beneficios sociales. Esta orientación hacia una transformación digital responsable se traduce en proyectos que incorporan criterios de impacto en su diseño y ejecución.

Asimismo, Altia promueve la transferencia de conocimiento y el fomento de vocaciones tecnológicas, especialmente entre los jóvenes. Su iniciativa Altia Premia TFG reconoce los mejores trabajos de fin de grado en universidades españolas, mientras que su colaboración en programas como Inspira STEAM y Technovation Girls busca despertar el interés de niñas y adolescentes por las disciplinas científico-tecnológicas.

La compañía integra sostenibilidad, inclusión e innovación para contribuir al bienestar colectivo

Otro de los ámbitos en los que Altia ha volcado su esfuerzo es en la promoción de la igualdad de oportunidades. La empresa trabaja activamente en la creación de entornos laborales inclusivos y diversos. Además, impulsa programas orientados a colectivos vulnerables, como GenTech, que fomenta la inclusión digital y el emprendimiento entre mujeres.

La empresa también colabora con distintas organizaciones sociales y participa en campañas de sensibilización sobre problemáticas actuales, como la violencia de género, a través de iniciativas como Decimos NO a la violencia de género o eventos como la carrera Sempre Mulher Race, en apoyo a la participación femenina en el deporte. El programa punto.tech, orientado a reducir la brecha digital y promover la inclusión social mediante el uso de la tecnología, es otro ejemplo del impacto directo que Altia genera en el entorno comunitario.

Para Altia, el éxito empresarial no puede desligarse del compromiso con la sociedad. «Creemos que el desarrollo de una empresa debe ir acompañado del desarrollo de su entorno. Nuestro objetivo es generar un impacto positivo en nuestros empleados, clientes y comunidades», señalan desde la compañía.

Este enfoque transversal se refleja en una cultura corporativa que ha ganado solidez en los últimos años, donde la transparencia, la ética y la responsabilidad social son elementos centrales. En un contexto global donde la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa ganan peso en la valoración de las empresas, Altia demuestra que es posible combinar competitividad, rentabilidad, innovación y compromiso social.

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