PREMIO EMPRESA + SOSTENIBLE

Norvento alumbra el futuro de las renovables

Tras 40 años liderando el sector, el grupo trabaja en una factoría «cero emisiones» y su innovadora tecnología de almacenamiento

El complejo CIne de Norvento.

El complejo CIne de Norvento.

Julio Pérez

Vigo

La luz no se fue en la casa de Norvento durante el inédito blackout del pasado 28 de abril. Más que una sede corporativa, el CIne (Centro de Innovación Norvento Enerxía) es una auténtica declaración de intenciones de esta pionera empresa de las renovables que lleva la independencia energética en el certificado de nacimiento. El edificio opera al margen de la red general, se autoabastece al 100% con fuentes limpias, sin emisiones, recicla el agua, en un ejercicio de adaptación extraordinaria al entorno a través de los materiales de construcción —la fachada está elaborada con madera de eucalipto— y la «sencilla, sutil y silenciosa» arquitectura pensada para el confort de los trabajadores.

El grupo dedicó años al proyecto, «investigando y trabajando en decenas de ideas sobre el futuro ecosistema energético», cuenta su presidente, Pablo Fernández Castro. Fue la culminación «de nuestro compromiso tecnológico con una economía competitiva y baja en carbono». Norvento es ya intrínsecamente sostenible y esa filosofía empapa cada área de la empresa. «Todo lo que hemos hecho, desde el desarrollo tecnológico hasta como concebimos nuestro Centro de Innovación, responde a esa misma idea de sostenibilidad —remarca—. Estamos comprometidos con crear un impacto positivo en nuestro entorno, al generar energía sin contaminar, y al mismo tiempo tratamos de darle sostenibilidad desde el punto de vista social y económico».

El grupo nació hace más de 40 años del convencimiento personal de Fernández Castro de que el futuro era renovable. Forjó su visión energética en plena adolescencia, cuando la grave crisis del petróleo de los años 70 amenazó con un desabastecimiento mundial de combustibles fósiles. La promulgación en España en 1980 de la ley de conservación de la energía para reducir la dependencia de las importaciones «fue clave para impulsar lo que yo había soñado».

Pablo Fernández Castro, presidente de Norvento.

Pablo Fernández Castro, presidente de Norvento. / FDV

Empezó a darle forma solo un año después con la fundación de una empresa de servicios de ingenería y consultoría especializada en transporte y distribución de energía. El primer gran salto llegó con la entrada en las pequeñas hidroeléctricas, las únicas instalaciones renovables viables en aquel momento. Abandonadas por las grandes operadoras del sector que preferían apostar por otras tecnologías, «supimos anticiparnos al ver que había una oportunidad en recuperar estas infraestructuras y transformarlas para avanzar hacia un nuevo modelo energético». Luego llegó el desembarco en la eólica. Cuando todo estaba por hacer en el sector, Norvento levantó las primeras torres de medición.

En la actualidad supera los 300 megavatios (MW) en parques en operación y su pipeline dentro y fuera de España ronda los 1.000 MW. Lo que mejor define la trayectoria de Norvento es la diversificación. Eólica, solar, biomasa, biogás... «Lo que nos ha dado una comprensión profunda de cada una de ellas, no solo desde el punto de vista teórico o de diseño, sino de la experiencia directa de su operación», remarca Pablo Fernández.

En Corvo, la isla más pequeña del archipiélago de las Azores, en Portugal, está llevando a cabo uno de sus proyectos más emblemáticos: cubrir con siete aerogeneradores de 100 kilovatios (kW) el consumo al completo de 400 hogares que hasta ahora solo usaban combustibles fósiles. Son molinos propios. La otra vertiente de Norvento es su capacidad como tecnóloga. Hace 15 años nadie hablaba de autoconsumo y la compañía apostó por soluciones orientadas a la energía distribuida. En otro paso de gigante hacia el futuro, la firma se mete de lleno en el almacenamiento.

«Nuestro desarrollo de convertidores multimegavatio nos posiciona en un liderazgo a nivel mundial y es un motivo de orgullo hacerlo desde Galicia», asegura el presidente, con aplicaciones en baterías por sí solas, para fotovoltaica, eólica, como rectificador activo para generar hidrógeno y que grandes buques puedan conectarse a la red eléctrica cuando lleguen a puerto y apagar los motores de combustión. Toda la familia de productos de la compañía se comercializará bajo TECHnPower, la nueva marca con la que la compañía refleja su apuesta «por la tecnología de vanguardia».

Norvento dibuja su futuro de la mano de Norvento Enerxía Factory Zero, su nueva fábrica autosufiente y neutra en emisiones para ampliar el músculo de producción sin romper el círculo de la sostenibilidad. Y desde aquí. Por cada megavatio desarrollado en la comunidad, la compañía ha logrado un impacto multiplicado por siete en términos de riqueza local. «Siempre me he sentido comprometido con Galicia, apostando por desarrollar mi proyecto aquí», revela Pablo Fernández Castro. «Si una empresa es competitiva y profesional, y tiene arraigo local —añade—, crea mucho más valor que si no lo tiene».

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