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Cardama confía en salvar el pedido de Uruguay y garantiza su viabilidad

Adrián Amoedo

Vigo

La sombra de los cracs de históricos del naval de Vigo se alargó ayer sobre la ciudad. La noticia de la rescisión del contrato de Uruguay con Astilleros Cardama, valorado en 82,2 millones de euros, trajo de nuevo malos recuerdos a la ciudadanía y las auxiliares del sector, que todavía se resienten de la caída reciente de Hijos de J. Barreras y Factorías Vulcano y recuerdan vívidamente las de Santodomingo o MCíes, mucho antes. El golpe para la centenaria atarazana olívica es evidente, pero descartan que les haya tumbado. El director general, Mario Cardama, descarta que la caída del pedido ponga en riesgo la viabilidad de la empresa y, por tanto, tampoco pagos a proveedores o acreedores. «Solo un problema de tesorería puntual», explica. De hecho, confía en poder «reconducir» la más que tensa situación con el gobierno del país sudamericano, e incluso espera activar en breve de algunos de los contratos en negociación.

La prensa uruguaya recogió ampliamente la rueda de prensa del presidente del país, Yamandú Orsi, que amenazó al astillero con una demanda (civil y penal), acusándolo de no cumplir con lo pactado en cuanto a las garantías y hablando de estafa al señalar que la entidad elegida, Eurocommerce Limited, sería una empresa pantalla que ya ni siquiera existe. Palabras mayores en medio de un acto centrado solo en este contrato y en el anuncio de rescisión del mismo.

La situación no es fácil para Cardama, que ya ha recibido unos 30 millones de dólares (unos 25,8 millones de euros al cambio actual) para la construcción de los dos buques de 86,75 metros de eslora en base a los hitos que ha ido cumpliendo. De hecho, la primera de las patrulleras tipo OPV (offshore patrol vessels) está en plena obra, con el 60% del casco concluido y los motores (de Caterpillar) encargados. No obstante, desde la dirección cuentan con poder darle la vuelta: el propio Mario Cardama volará a Uruguay para reunirse con el gobierno, trasladar la garantía que tiene —o buscar otra si así lo requieren— y aclarar la situación.

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