El consumo de gasolina rompe récords en Galicia tras el fracaso del eléctrico
Las estaciones gallegas superan las 218.600 toneladas despachadas hasta agosto, casi el doble que hace cinco años, para surtir a una flota cada vez más vieja y con más híbridos

Repostaje en una gasolinera 'low cost'. / Marta G. Brea
Jorge Garnelo
Siete de cada 10 conductores gallegos descartan comprar un coche eléctrico «principalmente por falta de ayudas eficaces». Así se desprende de la encuesta que la patronal de los concesionarios (Faconauto) realizó a mitad de año en la comunidad, y en la que más o menos la misma proporción de entrevistados aseguraba que hoy en día seguiría apostando por un vehículo de combustión o, en su defecto, un híbrido no enchufable, que en su mayoría emplean motores de gasolina. Es la proliferación de estos últimos modelos —los que mayor aumento están registrando en Galicia— unido a que el parque móvil está cada vez más envejecido —y por lo tanto exige un mayor consumo de carburante para funcionar—, lo que explica que, pese a los insistentes intentos por descarbonizar la flota por parte de la Unión Europea, las ventas de sin plomo 95 rompan techos este año en la autonomía, donde se despachan 14 litros cada segundo.
Esa es la cifra resultante de cruzar el peso medio de este combustible —entre 0,71 y 0,77 kilogramos por litro— con los datos de Cores (Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos), que constata que el consumo de gasolina está en máximos históricos en la comunidad con 218.605 toneladas distribuidas entre enero y agosto, superando por poco las 218.019 toneladas registradas en los primeros ocho meses de 2006, el récord anterior. Si se compara con los datos recabados hace cinco años, las ventas casi se han duplicado frente a las 129.824 toneladas que se vendieron en el mismo periodo de 2020, marcado por el COVID y el confinamiento. Desde ese ejercicio han ido repuntando año a año con subidas del 23% (2021), 12,5% (2022), 3,9% (2023), 5,1% (2024) y 11,7% (2025).
La sin plomo 95 tira más y lo hace en un momento en el que la electrificación no arranca, como consecuencia del escaso éxito que están teniendo los modelos cero emisiones, que a cierre del pasado año representaban únicamente el 0,8% del parque móvil: 12.548 vehículos, solo uno por cada 215 gallegos. Cinco veces más son los híbridos censados en Galicia —en total son 62.833 coches los que llevan la Etiqueta Eco— y evidentemente la mayor parte de la flota sigue siendo la que solo usa combustibles fósiles, que supone 96 de cada 100 coches que circulan.
Son vehículos cada vez más viejos en todo caso, y que necesariamente consumen más que los modelos más jóvenes por su desgaste, composición y menor eficiencia general. Galicia es la segunda comunidad con el parque móvil más antiguo del país (16,3 años) y supera en edad a toda la UE (12,5) salvo a Grecia (17,5).
200 euros de ahorro anual si se reposta en la gasolinera más barata de la comunidad
Los precios que marcan las gasolineras gallegas son tremendamente volátiles. La diferencia de repostar entre una u otra puede superar los 30 céntimos por litro, aunque estén relativamente cerca, como así lo han podido comprobar los conductores que estos días han cargado sus vehículos en los negocios de BP y Repsol en Sanxenxo —donde el diésel está a 1,57 euros/litro y la gasolina a 1,63 euros/litro, el precio más caro de Galicia— en comparación con aquellos que lo hicieron en las instalaciones de Ballenoil en el barrio pontevedrés de Monte Porreiro —el gasóleo está a 1,23 euros/litro y la sin plomo 95 a 1,32 euros/litro, las tarifas más económicas de la comunidad—.
Con apenas 25 kilómetros de distancia, la brecha es de 34 céntimos por litro para el primer carburante y de 31 para el segundo. En el caso de un cliente que llene un depósito de 50 litros cada mes, el ahorro se sitúa entre los 204 y los 186 euros al año. Las fluctuaciones del precio entre estaciones de servicio dependen principalmente del margen de distribución y la venta al por menor, que oscilan según los contratos de aprovisionamiento, la logística, los puntos de venta —suelo, personal o servicios, por ejemplo—, ubicación y competencia local, de ahí que las low cost, con estructuras mucho más ligeras e incluso de autoservicio, suelan ofertar tarifas bastante más bajas para presionar al resto. Lo cierto es que la gasolina se ha abaratado un 17% en estos tres últimos años en Galicia si se toman como referencia los precios de octubre de 2022 —cuando alcanzó el récord de 1,79 euros/litro—.
El precio del diésel ha caído por su parte un 27% —llegó a estar a 1,95 euros/litro hace tres años—. Hoy ambos combustibles se sitúan, de media, en el entorno de los 1,48 euros/litro y los 1,43 euros/litro respectivamente. El número de estaciones de servicio continúa creciendo este 2025 y ya alcanza las 12.685 en el conjunto del país, como publicó la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a mitad de año. El informe destaca el vertiginoso ascenso de las low cost Plenergy y Petroprix —con 302 y 169 instalaciones—, así como el fuerte peso de las firmas independientes en las ventas de carburante, siendo estas las que más vendieron el pasado 2024 —el 45% del volumen— por delante de los operadores con capacidad de refino en España (43%) y el resto de la red mayorista (12%).
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