Al inicio de la pandemia la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó pagar con tarjetas de crédito o de débito para evitar manipular dinero y frenar posibles transmisiones del virus. Un consejo que han seguido a pies juntillas la gran mayoría de los españoles. De hecho, y según datos del Banco de España, en 2020, las operaciones de retirada de dinero efectivo en cajeros descendieron en un 31,3% respecto a 2019. ¿El sustituto? El pago digital. Las operaciones con tarjeta de débito aumentaron en casi un 15%, según destaca un informe de Prisma Medios de Pago. Por su parte, Bizum triplicó el número de operaciones realizadas en 2020.

No obstante, el auge de los pagos digitales tiene un claro perjudicado: las propinas. Sin dinero en efectivo, la tradición de recompensar con una pequeña bonificación a las personas que prestan servicios es cada vez menos socorrida, y algunos temen, incluso, que llegue a desaparecer. Pero ante nuevos tiempos, también surgen nuevas ideas. “Queríamos resolver el problema de las propinas, incluso antes de que llegara la pandemia (...) queríamos una solución para esa gente que le gustaría mostrar su agradecimiento a las personas que le prestan servicios, pero no pueden por no disponer de efectivo”, así explica la finalidad de su proyecto, Javier Sanz, cofundador y COO de Tipper.

Sanz puntualiza que no hay que pensar solo en los camareros, Tipper puede ser útil para casi cualquier servicio como peluqueros, repartidores, fisioterapeutas y asistentes, entre otros. En definitiva, Tipper es una herramienta diseñada para facilitar las transiciones digitales del cliente hacia el servidor. Lo hace a través de un código QR, que se genera cuando la persona que quiere recibir pagos se da de alta en la app, y que el consumidor ha de escanear para poder efectuar dicho pago. “Una vez dado de alta, se genera un código QR, que se puede imprimir, tener en una foto, enviar por mail o en tarjetas de visita”, cuenta Sanz.

Barreras a superar

Sin embargo, aunque el concepto de propina digital parece, a priori, una gran idea, no llega a despegar. Así lo reconoce el propia Sanz que asegura que en España todavía existe una barrera a superar: realizar los pagos electrónicos con más confianza. “Todavía hay gente que sigue sin confiar en nuevas formas de pago, estamos hablando de dinero y a la gente le cuesta mucho ganarlo, entonces tenemos que conseguir que piensen que usar estos métodos, les beneficia”, comenta.

Otra de las polémicas alrededor de este tipo de propina es la transparencia fiscal. El tradicional ‘bote’ funcionaba al margen de Hacienda, mientras que al gestionar las propinas de forma electrónica y quedar constancia de ello, estas bonificaciones están sujetas a cargas fiscales. Lo que no siempre es del agrado de las personas que las reciben. Un hecho que implica otro cambio de mentalidad en la sociedad española, según Sanz. “En EEUU la gente que recibe propinas al final del día se reúne con su empleador y rellena un formulario para la Hacienda de EEUU donde consta todo lo que han cobrado de forma trasparente. En España no es así”. Es más, Sanz cuenta que desde Tipper realizaron un estudio de mercado en el que se llegó a la conclusión de que los que reciben propinas “eran los menos interesados en adoptar un sistema electrónico y sin embargo a la gente que paga propinas le entusiasmaba la idea”.

Para intentar superar esta dificultad, desde Tipper están trabajando en una versión en la que se podrían hacer los pagos de los servicios de restauración y de la propina es un mismo acto, pero manteniéndolo por separado. De este modo, es posible identificar qué “entra como propina y que entra como pago”, comenta Sanz que también señala la posibilidad de que los empleadores asuman la totalidad del coste fiscal de las propinas dirigidas a sus empleados.

Alternativa al datáfono

Tipper también se presenta como una alternativa al datáfono. Sanz enfatiza que el uso de su app ahorraría a muchos empresarios el estar pendientes de disponer de estos aparatos en las condiciones óptimas, ya que son muy propensos a “estar descargados, rotos, o sin papel cuando se les necesita”, comenta Sanz que añade que un código QR simplificaría enormemente el proceso. En este sentido, Tipper se podría asemejar a Bizum, pero Sanz, a pesar de reconocer que para ellos es imposible competir con la fintech, marca las distancias al asegurar que “nosotros no tenemos límites de transacciones en cuanto a número ni a cantidad”. No obstante, para Sanz la mayor ventaja de su app frente a Bizum es que en Tipper “no es necesario dejar datos sensibles. (…) No necesitamos el número de teléfono de nadie”.

Este último punto a favor, el no necesitar un número de teléfono, también lo resalta Sanz para posicionar a Tipper como el método de pago ideal para los creadores de contenidos (youtubers, tiktokers, instagramers, etc.) “Una idea que tenemos es que los creadores de contenidos pongan su código QR en la pantalla como si fuese la mosca de la TV, de modo que mientras estás viendo los contenidos puedes colaborar con ellos”, finaliza.