Francisco Javier Lana, de 48 años, y licenciado en Derecho, había trabajado toda su vida en el sector de la construcción. En los últimos años, empezó a trasladarse en bicicleta y patín eléctrico. Y harto de no encontrar donde dejar sus vehículos cuando llegaba a destino decidió, a finales de 2019, crear Zicler, compañía para construir estaciones de aparcamiento de movilidad personal.
"Nacimos con pruebas piloto de patines y bicicletas pero la idea es ir creciendo también con motos y coches", matiza Lana, que inició el desarrollo de su proyecto en el Semillero de Ideas del Ayuntamiento de Zaragoza. En junio de 2020 ganaron el premio de Zaragoza Activa y consiguieron financiación de Microbank, el banco social de CaixaBank, "que dio el impulso definitivo" para poder instalar las primeras estaciones en la capital aragonesa.
Zicler funciona a través de una aplicación con la que puedes hacer la reserva de la plaza, llegar y aparcar. "Al principio, nos dirigimos hacia el usuario final para que estacione a cambio de un precio por hora, pero con el paso de los meses nos hemos dado cuenta que el negocio más importante es la venta de las estaciones a terceros".
La ‘start-up’, que opera en Aragón, está a punto de cerrar un acuerdo con un parque de atracciones, "que necesita que sus clientes puedan llegar también en patín y bicicleta eléctrica y puedan aparcar con tranquilidad mientras están en el parque". También está en conversaciones con diversas universidades interesadas en instalar estos aparcamientos para los vehículos de sus estudiantes. Y, además, ultiman contratos con empresas en Madrid, Barcelona y la Costa del Sol, así como en Bélgica y Francia.
De hecho, según cuenta, eran contratos que tendrían que haberse firmado a finales de 2021 pero "el encarecimiento de materias primas ha obligado a renegociarlo todo". En este sentido, explica que no se puede dejar de producir o comprar en China de un día para otro pero que están buscando soluciones alternativas y barajando precios europeos. "El coste de producción de las cajas eléctricas se ha multiplicado por tres cuando hemos tenido que recurrir a fabricantes europeos; en el caso del acero, por ejemplo, el precio se ha multiplicado por dos de octubre a diciembre".
8.000 euros para el estándar
Las estaciones de Zicler pueden costar entre 6.000 y 20.000 euros pero el presupuesto final acabará dependiendo de la configuración que se le quiera dar. "Una de las ventajas que tenemos -argumenta- es que la estación se puede diseñar como el cliente quiera: con estacionamiento sólo para patines, sólo para bicicletas, mixto, con o sin recarga, con o sin panel solar… tenemos muchas posibilidades, hacemos trajes a medida". No obstante, la estación estándar "suele tener entre 10 y 12 calles y se adquiere por unos 8.000 euros".
Francisco Lana también destaca que con estas soluciones no sólo se facilita el orden y la protección de los patinetes y otros transportes de movilidad personal sino que también "se contribuye a la reducción de emisiones, al desarrollo de paneles solares y a la comunicación de alertas sobre medidas de seguridad en la vía pública".
En este sentido, el fundador de Zicler se muestra absolutamente convencido que la movilidad eléctrica es una tendencia que se va a multiplicar exponencialmente en los próximos años porque fomenta la economía verde y la vida sana. Los datos facilitados indican que una bicicleta o patín eléctrico utilizado diariamente para los desplazamientos laborales puede reducir 0,7 toneladas al año de emisiones de CO2.
"El transporte en patín se ha incrementado en un 1.100% en un año en España, es una salvajada. Hay siete millones de españoles que ya se mueven normalmente con vehículos eléctricos y hay tres millones más que se lo plantean en un 80% de su movilidad, lo que nos sitúa en diez millones de personas que se moverán diariamente en patín o bicicleta", asegura Lana.
Ante este panorama, reclama a las administraciones más ayuda institucional. "Las administraciones son conscientes que tienen que facilitar la evolución de la movilidad tradicional hacia una más ecológica. La intención está. Hay muchos planes, muchos estudios, muchas ideas sobre cómo hacerlo pero realmente no se plasma en una realidad tangible para las empresas que nos dedicamos a ello". "Deberían escuchar y apoyar más a las compañías españolas. No tiene sentido -concluye- que se vaya a montar una estación en España y contraten a una empresa de otro país europeo".
Zicler prevé cerrar este año con un volumen de negocio cercano al medio millón de euros. "Esperamos ser capaces de vender el doble y crecer un 100%, entre otras cosas, porque cerraremos contratos que se habían dilatado en el tiempo por el reajuste de los costes de materiales", augura el CEO de la compañía.
