Las elecciones municipales más inciertas desde los años 80 arrancaron anoche con las tradicionales pegadas de carteles y un corolario de mensajes que apenas variarán durante la campaña, que concluirá el día 22. La estabilidad frente a las ganas de cambio parece la batalla que se librará en las ciudades, donde los nuevos actores -las Mareas y Ciudadanos- podrían tener las llaves de varias alcaldías en un panorama en el que desaparecen las mayorías absolutas y se abren múltiples opciones.

El PP tiene clara su estrategia, que pasa por explotar los datos de mejoría económica, la huida de las polémicas acerca de la corrupción, minimizadas como contados garbanzos negros en un potaje sin mácula, y la reiteración de que cualquier gobierno que no lidere la lista más votada no respeta la voluntad popular. El líder popular, Alberto Núñez Feijóo, propuso ayer desde la tribuna de la Xunta un pacto sobre este asunto -a falta de acometer una reforma electoral con la que el Gobierno amagó-, aunque su partido en Andalucía no garantiza de momento la investidura de la socialista Susana Díaz.

La fragmentación política rebajará las críticas populares a los pactos, pues ahora podría el PP necesitar a Ciudadanos, del que reniega como inquilino también del edificio del centro derecha. Ese flanco es el que golpeará el PSdeG. José Ramón Gómez Besteiro adelantó ayer la estrategia de comparar a Feijóo con Mariano Rajoy y censurar los recortes -"que empobrecen", dijo- . Aun así, también reclamará un voto de estabilidad que deje al margen "la rabia y el miedo" y garantice gobiernos de alternativa al PP liderados por su formación.

Las Mareas, donde se han diluido Anova y Esquerda Unida, se presentan con diferente fuerza. Las más consistentes parecen las de A Coruña y, sobre todo, Santiago, gracias al tirón de Martiño Noriega, el delfín de Beiras. El veterano dirigente, sin embargo, lo dejó solo ayer en su presentación y rehusó participar en actos de campaña. "No es candidato", alegaron desde Anova, formación ya diluida en esta clase de proyectos, como Podemos, cuyo impacto se reducirá a la presencia de Pablo Iglesias en un mitin en A Coruña. Todos insistirán en variantes semánticas de la casta -en A Coruña utilizan "mafia"- para tumbar al PP.

Por último, el BNG reivindicará su propio modelo municipal con los ejemplos de Pontevedra, Tomiño, Allariz o Bueu y su "honestidad", como dijo ayer su portavoz nacional, Xavier Vence, frente a la "corrupción" del PP y unidad frente a la indefinición de las Mareas.