Entraron gritando "Hay Marea, hay Marea", con el puño en alto y con quince barrios recorridos desde las nueve de la mañana en la suela de los zapatos y ya casi sin propaganda electoral que ofrecer. Entraron en la explanada de las Esclavas, como ya lo habían hecho diez meses antes, preguntando lo mismo, aunque con la respuesta mucho más clara. El candidato a la Alcaldía, Xulio Ferreiro, preguntó si había Marea y "cientos" de personas le respondieron que sí y repitieron la foto que el 22 de julio de 2014 se habían hecho frente al mar, para iniciar un movimiento político al que, sin saberlo, el escritor Manuel Rivas dio nombre.

En el cierre de campaña, Rivas recordó que, en la piel de la ciudad está su "libertad" y prometió que Marea Atlántica, inundando María Pita, devolvería al escudo de A Coruña un libro que ya no tiene y que es símbolo también de los vecinos que la habitan. Rivas y Ferreiro quisieron recordar ayer esos primeros pasos en los que las dudas acompañaban a los que habían pensado que era posible otra manera de hacer política más allá de la del PSOE y el PP, así que se centraron en hablar de la "unidad", un "tesoro para el pueblo", según explicó Rivas, y de los partidos que decidieron aparcar sus siglas para integrarse en un proyecto "pensado para el 99%".

"La Marea no dejó nada por el camino, sigue siendo lo que soñamos desde el minuto uno", repitió en varias ocasiones Ferreiro y dejó un mensaje para después de las votaciones, para cuando se abran las urnas y se cuenten los votos. "Pase lo que pase, llegamos hasta aquí juntos y juntos rememos que seguir, en el gobierno o en la oposición", adelantó Ferreiro, que defiende que el proyecto continúe unido, sin fisuras deparen lo que deparen los comicios. En el acto intervino también la número 10 de la lista, María García, que cree que es momento ya de preguntarle al Partido Popular, "Pero ti, de que vas, neno?", para dejar paso a la "ilusión y a las ganas de luchar por la ciudad" que los vecinos se merecen.

Y habló también Serafín Mourelle, que se define como un "hombre que nació en libertad y que quiere morir así". Mourelle, nacido antes de la Guerra Civil, habló desde la experiencia, desde la de los que emigraron y volvieron, de la de los que no soporta que le pongan a Alemania "como ejemplo".

Y le precedieron, en el micrófono Leticia Barbadillo y su pequeño, que la ha acompañado en toda la campaña, incluso cuando tiene que presentar y él se despierta entre aplausos. Leticia leyó el manifiesto fundacional de la Marea, ese que hablaba de recuperar la ciudad para los que habitan en ella y de la defensa de los servicios públicos. "Tenemos la cosa más bonitiña que podíamos parir", sentenció.