El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, garantizó ayer "generosidad" para pactar con otros partidos y buscar un gobierno "estable". Eso sí, siempre que se trate de partidos que, como el PSOE y Ciudadanos (C's), a los que no mencionó, defiendan, como hace el PP, "el orden constitucional", la unidad de España y la soberanía nacional, así como el papel de España en la UE y la lucha contra el terrorismo.

Rajoy anunció, además, su intención de seguir liderando el PP y de presentarse, en consecuencia, a la reelección en el próximo congreso nacional del partido. Un congreso que el expresidente del Gobierno José María Aznar -que acudió a una reunión del comité ejecutivo por primera vez desde la victoria en las generales de 2011- quiere que sea abierto, "en un momento difícil para España y para el partido". Él, adelantó, no tiene "la más mínima intención" de presentarse a nada.

Tras esa reunión, Rajoy expuso anoche sus bases para el diálogo que prometió propiciar con los demás partidos, porque, advirtió, "sería tremendo" y lo "peor" que le podría pasar al país que no se pudiese formar gobierno. Y dichas bases, sus líneas rojas, explicó, son que sólo buscará el acuerdo con aquellos partidos que, como hacen los populares, defienden la Constitución de 1978, la unidad de España y la lucha contra el terrorismo.

El jefe del Ejecutivo concedió que el mandato expresado por los ciudadanos el domingo es el de dialogar para conseguir un Gobierno que pueda ofrecer "la certidumbre necesaria tanto dentro como fuera de España". Rajoy advirtió, en este sentido, que es "muy difícil gobernar" si no se cuenta con los votos suficientes para sacar adelante leyes importantes como los presupuestos de próximos ejercicios. Aunque admitió que el hecho de que las cuentas del Estado del año que viene ya estén aprobadas da un "cierto margen", insistió en que debe haber estabilidad en el Gobierno porque es importante que así lo perciban por ejemplo los agentes sociales, que vean que hay "seguridad". Los españoles, apuntó el presidente del Gobierno en funciones, expresaron el domingo su voluntad y ahora les toca a los políticos "gestionar con responsabilidad y con sentido de Estado". "Pienso que éste es un buen momento para que todos estemos a la altura". Además, consideró que la fragmentación del nuevo Parlamento no puede ser un "elemento de parálisis, bloqueo o inacción", porque sería "enormemente negativo para los intereses generales de todos".

"España no puede permitirse un periodo de indefinición política que dé al traste con los avances conseguidos en estos dos años", avisó Rajoy, quien insistió, por eso, en que abordará el diálogo con los demás partidos "con generosidad, amplitud de miras y la vista puesta en el interés general de España". "Es lo único que me importa", añadió.

Inicio de las conversaciones

Rajoy no quiso dar fechas ni detalles de las conversaciones que va a iniciar, pero sí dijo que deben llevarse con discreción y prudencia y andando "con cuidado con lo que se afirma para no tener que arrepentirse". En cualquier caso, admitió que los partidos tienen que empezar a hablar pronto para el primer acuerdo que se necesita, el de la Presidencia y la Mesa del Congreso, ya que las Cortes Generales se constituyen el próximo 13 de enero.

Paralelamente, en Castilla y León, PP y Ciudadanos cerraron ayer un acuerdo que garantiza la aprobación hoy de los Presupuestos autonómicos de 2016, lo que motivó las críticas y reproches del PSOE, Podemos e IU, que consideran que Ciudadanos ha "vendido barato" su voto y lo ha escondido hasta después de las elecciones.