Albert Rivera se ha acreditado como un buen estratega político con un sorprendente resultado por delante del PP en feudos fundamentales para la derecha. Ha sufrido la división de voto pero en menor medida que las otras derechas. Los aciertos en los debates televisivos, sus fichajes y su campaña han dado frutos. Aunque desdecirse va a ser violento, tal vez se lo agradezca el Ibex 35, pero tiene en su mano propiciar la estabilidad tan buscada los últimos años en el Congreso de los Diputados.

A sus 39 años, el líder político más veterano al frente de un partido tras la marcha de Rajoy, Rivera consolida una alternativa desde el centro que será decisiva para gobernar España. Se ha colocado ante la raya roja que él mismo se trazó en su negativa a pactar con Pedro Sánchez, pero el que se había fijado la "necesidad" de Gobernar lo tiene a mano. Si es preciso, con 57 diputados, Ciudadanos da por derrotados a los populares y se acredita con apoyos suficientes para liderar una alternativa al socialismo.

Entre los líderes políticos nadie aventuraba anoche pactos, pero estaba en la mente de muchos consolidar una alternativa constitucional estable de Ciudadanos con PSOE. Por España. Rivera se ha librado con éxito de la foto de Colón pero en Cataluña muchos de sus apoyos han virado a la izquierda.