"Estamos en remontada clara y vamos a ponernos a trabajar ya para las próximas elecciones municipales, donde vamos a ver qué gran avance se va a producir". Pese a que el BNG repetirá, una legislatura más, el exilio fuera del Congreso, su portavoz nacional, Ana Pontón, insistía ayer en no perder la sonrisa y en enfocarse en el futuro "con ilusión y esperanza". Porque, aunque no se lograron "todos los objetivos", admitió, entre ellos el recuperar la representación en el Congreso que perdieron en 2015, sí consiguieron, y además en un "contexto muy polarizado", "nada sencillo", y donde influyó "la polarización de la campaña", el voto "útil" y la "fragmentación" producida en Galicia, el duplicar los votos del BNG, al pasar de los 45.000 sufragios de 2016, cuando tuvieron que afrontar unos resultados "malos sin paliativos", a los 93.000. Ana Pontón insistió en que, pese a las "dificultades", el BNG se encuentra inmerso en un "cambio de ciclo que empezó en 2016", con los comicios autonómicos. "Ese cambio", afirmó, "sigue en estas elecciones, donde seguimos avanzando y creciendo". "Y va a verse con toda potencia en las próximas elecciones municipales y tengo clarísimo que vamos a ser determinantes para que en las próximas elecciones gallegas pongamos fin a este decenio negro de Feijóo y a la hegemonía política del PP".

El BNG convenció al doble de ciudadanos que en los comicios generales de 2016 al rozar los 93.000 sufragios, pero seguirá exiliado otros cuatro años del Congreso de los Diputados. En concreto, el argumento de la formación nacionalista de que votarles valía el doble, para "dar voz a Galicia" y para "frenar la extrema derecha carca", les valió duplicar el porcentaje de apoyo, del 2,89% de los comicios de 2016 al 5,74% que les otorgaba ayer el Ministerio de Interior. "Tenemos que sentirnos muy orgullosos", proclamó la portavoz nacional, de que se "vuelva a mirar al BNG como alternativa de futuro para este país".