Las elecciones generales sirven de termómetro para unas municipales, sobre todo si entre una y otra, como sucede este año, dista menos de un mes. Pero nunca ofrecen un retrato exacto de lo que va a suceder, menos en una convocatoria tan polarizada como la que acabamos de vivir, con una lucha de la izquierda contra la derecha para impedir el ascenso de la ultraderecha a posiciones de gobierno y con tanto componente extralocal en juego.

En A Coruña, el escrutinio del 28-A desatará la euforia en el PSOE y en Ciudadanos, sembrará dudas en Marea Atlántica, hundirá en la derrota al PP, dará esperanzas a Vox y dejará al BNG con un sabor más agrio que dulce. A Coruña ha dado un vuelco a su mapa electoral desde las municipales en las que Marea Atlántica logró la Alcaldía. Del empate técnico en el primer puesto entre Marea y el PP ha pasado a una amplia victoria del PSOE, que no superaba a Podemos y sus confluencias desde las europeas de mayo de 2014.

Esta victoria de Pedro Sánchez, sin duda, impulsará la candidatura de Inés Rey a la Alcaldía. Falta por comprobar si, para superar a Marea también en las municipales, bastará para compensar la pésima imagen ofrecida por los socialistas coruñeses en la confección de su lista, repleta de disputas, y el tirón electoral que aporta Xulio Ferreiro a la candidatura de Marea.