EL PSOE buscará gobernar en solitario durante los próximos cuatro años y evitar los apoyos del secesionismo catalán.

Tendrá enfrente a una oposición cuyo liderazgo está ahora en disputa: el PP cuenta con nueve diputados más que Ciudadanos, pero los de Rivera se arrogan encabezar la contestación a Pedro Sánchez. "Durante cuatro años, el líder de la oposición se llama Pablo Casado", sentenció ayer el número dos del PP, Teodoro García Egea, para descartar dos cosas: que los populares cambien a un presidente que sólo lleva diez meses en el cargo y que renuncien a encabezar el centro-derecha pese al descalabro electoral del domingo.Carmen Calvo, la vicepresidenta en funciones, fue la encargada ayer, de hacer explícita la voluntad de Pedro Sánchez de mantener un Ejecutivo con el mismo perfil que el que alumbró tras la moción de censura contra Mariano Rajoy. "Con estos resultados habrá que hablar con mucha gente, pero nuestras líneas rojas están muy claras, nosotros somos un gobierno de izquierda", anticipó Calvo horas antes de que, por la tarde, se reuniera la ejecutiva del partido. Sin prisas, los socialistas comenzarán a explorar los posibles apoyos para la investidura de Pedro Sánchez, para la que no hay fecha. La única convocatoria del calendario político es el 21 de mayo, cuando, a cinco días de la triple cita electoral, se constituirá el Congreso. Las alianzas para conformar la Mesa de la Cámara servirán para anticipar los posibles pactos que vendrán después.

"Siempre hemos aspirado, lo hemos dicho en campaña, que queríamos un proyecto autónomo y nos gustaría que así fuera, pero entendemos que hay que buscar acuerdos", se resignaba ayer el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos. Pero el PSOE no quiere apoyos incómodos como los de ERC. "Por ahí no entramos en su momento, dijimos que no íbamos a entrar y no vamos a entrar", afirmaba ayer Ábalos en una entrevista televisiva. "Vamos a ir con tranquilidad, administrando los tiempos convenientemente", planificaba el también ministro en funciones. "Administrar tiempos" significa que los socialistas serán cautos con los posibles pactos para que no perjudiquen los resultados de sus candidaturas en los comicios de mayo.

La pérdida de 71 diputados no merma que el PP sea "el principal partido de la oposición" y la "única alternativa" al futuro Ejecutivo de Sánchez "sean cuales sean sus socios", según el "número dos" del partido, Teodoro García Egea . "A partir de ahora, durante cuatro años, el líder de la oposición se llama Pablo Casado", afirmó el secretario general del partido para cortar las aspiraciones de Albert Rivera de hacerse con el liderazgo de la respuesta al Gobierno.

Ciudadanos no modificó su discurso y ayer su portavoz, Inés Arrimadas, mantenía el veto de su formación al PSOE, que gobernará "de la mano de Podemos y de los separatistas". Aunque no haya acuerdo de investidura, los de Rivera si están abiertos a "pactos de Estado" sobre determinados asuntos. El objetivo de Ciudadanos es ahora liderar la oposición, una pretensión que Arrimadas justiticaba ayer en el hecho de que, pese a los nueve diputados de ventaja de los de Casado, los resultados muestran "un empate técnico" entre el PP y Cs, que está a 8 décimas de alcanzar a los populares.

Albert Rivera eludió hablar desde la noche del domingo con Pedro Sánchez y con Pablo Casado, lo que ayer era motivo de reproche por parte de los socialistas. "Alguno ni siquiera ha llamado para felicitar, lo que indica un nivel de madurez, como para encarar otro tipo de conversaciones", afirmaba anoche José Luis Ábalos después de la Ejecutiva del PSOE.