El macrobarómetro del CIS demuestra ante todo que no encuesta a las mismas personas que los restantes gabinetes demoscópicos. O que una misma persona se pronuncia de modo distinto según quién le pregunte. La hipótesis de una granja de encuestados preferentes de Tezanos es la única explicación a un estudio abrumador pero que se aparta de todos su precedentes. La abultada victoria de Pedro Sánchez, que no solo se reivindicaría sino que devolvería a su partido a los resultados habituales con Zapatero, demuestra que el Centro ha preguntado únicamente a votantes socialistas, sea porque los busque, los encuentre espontáneamente o los convierta a la fe del PSOE. Incluso quienes rebaten sus datos acomodarán futuros estudios a la sentencia del CIS, de ahí el poder que le permite llevar un empate al marcador.

Ni siquiera el entusiasmo del CIS permite que Sánchez gobierne en solitario. Los socialistas podían cerrar en abril una mayoría absoluta con Ciudadanos. Ahora disponen además de otra hegemonía con Podemos, vadeando los 25 diputados independentistas catalanes antes de la sentencia del procés. Los populares seguirán asociando los resultados de Tezanos a su dieta líquida, porque Pablo Casado obtiene el segundo resultado consecutivo que le obliga a dimitir al día siguiente de las elecciones. En el polo opuesto, Rivera deberá canonizar al Centro que venía condenando al fuego eterno, y que le ofrece un alivio frente a la extinción que le vaticinaban las encuestas precedentes.

El CIS dictamina que el temerario Sánchez verá recompensado el mayor rasgo de irresponsabilidad de la democracia, convocar unas nuevas elecciones por pereza de pactar. Es un doble o nada estadístico, que puede surgir de la evidencia matemática o de la urgencia por paliar el embarrancamiento extraído por los restantes sondeos, propiciando un empate. Por fortuna, el macrobarómetro liquida la patraña de los estudios fabricados recalentando datos ajenos, que solo acumulan los errores sin mejorar en calidad. Quien necesite una encuesta equivocada, que la pague.