La forma en que uno es conocido en sus entornos es quizá la mejor de sus descripciones. En el caso de Adrián Vázquez Lázara (Madrid, 1982), sus amigos le llaman "Adrián, el gallego"; mientras que para los compañeros de Ciudadanos y para algunos de los cenáculos de Bruselas es "Adrián, el europeo". O directamente Míster Europe. Unas son las raíces y el otro es el destino. Al menos, si se cumplen los pronósticos que le sitúan como eurodiputado en la próxima legislatura. Va de número ocho, los mismos que augura el CIS para los de Rivera.

Nacido en Madrid, pero con un padre nacido en Lalín ("me habla en gallego, salvo cuando me echa broncas") y una madre de Silleda, arranca la conversación con este diario reivindicando su cuota de galleguidad: "Genéticamente, soy 100% gallego". Políticamente, se presenta como el exponente naranja que aspira a representar los intereses de Galicia en el club de los Veintisiete. Aunque respira europeísmo. "Ya desde que salí del instituto siempre he tenido interés por la política internacional y sobre todo la UE. Lo que sucede en Bruselas afecta a toda la ciudadanía europea, española y gallega", introduce. Lázara, sin embargo, inaugura ante el 26 de mayo la etiqueta de candidato de Galicia: "Si conseguimos un buen resultado me centraré no solo en los intereses de los españoles sino, que por razones obvias y por vínculos emocionales, me centraré muchísimo en los problemas que tenemos en Galicia". Antes, el candidato se licenció en Derecho en la Complutense, pasó por Estados Unidos y Japón, obtuvo el título de Ciencias Políticas, y más recientemente, ejerció junto con Javier Nart como coordinador de los parlamentarios de C's en la Eurocámara. Nart, y no Lázara, será quien represente al partido en el debate sobre las europeas que tendrá lugar la próxima semana en la TVG.

Su experiencia en los recovecos de la Unión alimentó todo tipo de leyendas, como su afán por invitar a cañas en su casa y celebrar debates. "Cuando puedo, en mi casa invito a gente de todos los mundos, compañeros de partido, discutimos y siempre hablamos de política", comenta.

Ahora, desde el puesto de coordinador de la campaña europea de C's, sigue de cerca las posibilidades electorales del partido, que en Galicia recibió un balón de oxígeno el 28-A en forma de dos escaños. "Hemos tenido resultados espectaculares", reivindica, "pese al boicot constante del señor Feijóo", a quien también reprocha su política lingüística: "Me ha pasado de ir a la administración y que solo me hablen gallego. No me importa pero hay que hacer que convivan ambas lenguas. No creo que sea una locura pedirlo".

Y eso que la incursión de los de Rivera en la comunidad fue compleja. Tras asumir que la llegada del AVE a Galicia no era prioritaria o de desmarcarse del apoyo al traspaso de la AP-9, Ciudadanos encadenó varios fracasos en las urnas. Aún así, Lázara cree que eso no les lastró. "Ha sido el único partido valiente en decir algo que es verdad. Hay que conseguir que aquellos rincones donde es más difícil que haya movimiento económico tengan las mejores infraestructuras posibles, pero los representantes tienen que ser muy responsables con el dinero público".

Un razonamiento similar emplea cuando se le pregunta por la AP-9. "No tiene que haber una lucha territorial por la gestión, sino por la eficiencia", argumenta. Con la salida Sur del Corredor, sin embargo, cierra filas para que "Galicia esté conectada como se merece". En junio, volverá a Galicia, a la casa familiar de Val do Carrio (Lalín). A por "un buen cocido" y a desconectar. Quién sabe si con un acta de eurodiputado debajo del brazo.