Los votantes españoles acuden este domingo a una doble o triple cita electoral en la que los comicios locales y autonómicos en muchas CCAA parecen haber relegado a un segundo plano las elecciones al Parlamento Europeo. No obstante, estos comicios, en los que están llamados a las urnas más de 400 millones de ciudadanos europeos, son de vital importancia para dilucidar el futuro de la UE.

Estos electores deben decidir la composición del Parlamento Europeo para los próximos cinco años, en una cita que no solo encara el reto de mejorar la pobre participación de convocatorias anteriores, sino también el de formar mayorías europeístas capaces de resistir la agenda antieuropea de nuevos grupos nacionalistas y populistas que se prevé entren con fuerza al Hemiciclo. Precisamente, estas fuerzas han lanzado durante estas semanas de campaña algunas de las propuestas que más polémica han causado.

Situación económica y desempleo e inmigración figuran las cuestiones que más preocupan a los ciudadanos europeos, según los datos del último Eurobarómetro, y han protagonizado algunas de las propuestas más polémicas de esta campaña electoral.

INMIGRACIÓN

La inmigración es uno de los temas que más espacio ha ocupado en el debate público del último año en la UE, en parte porque los países miembros han sido incapaces de alcanzar grandes consensos en la cuestión migratoria y porque los partidos populistas en ascenso la han convertido en eje de sus programas.

En España, todos los partidos que concurren a las elecciones europeas son declaradamente europeístas y apuestan por una Europa fuerte e integrada en la que España refuerce su liderazgo para hacer frente a los desafíos del futuro, como el 'Brexit', la inmigración, el cambio climático y la defensa de la PAC.

Los partidos llevan en sus programas la necesidad de completar el euro, afrontar con garantías de éxito desafíos como la gestión común de los flujos migratorios, la salida ordenada del Reino Unido de la UE, la lucha contra el cambio climático y el impulso de una política común de seguridad que permita abordar las amenazas.

El PSOE dice que liderará iniciativas encaminadas a garantizar una mejor definición de la política común de asilo y refugio, y por ello propondrán las medidas necesarias para propiciar los flujos de migración regulares, en colaboración con los países de origen.

El PP, por su parte, destaca su compromiso con una inmigración legal y ordenada, fortaleciendo para ello el papel de la Agencia Frontex para garantizar el control de las fronteras exteriores de la UE, "de modo que la inmigración sea siempre legal, ordenada y vinculada a un contrato de trabajo".

Cs impulsará un sistema europeo de migración y asilo que permita atender adecuadamente a todos los refugiados que Europa se comprometió a acoger y que alivie la presión sobre las fronteras.

En tanto que Podemos, coherente y basado en derechos, y por unas fronteras europeas regidas por esos mismos derechos humanos.

Vox aboga por la reforma de la legislación inmigratoria y de asilo, a la vez que apuestan por ayudar a los países en origen.

ECONOMÍA

Con propuestas que van desde fijar un mínimo de impuesto de sociedades en la Unión Europea hasta gravar las emisiones de CO2 pasando por introducir una tasa digital, la defensa de una "fiscalidad justa" se ha convertido en mantra de campaña para los partidos que concurren a los comicios europeos.

Durante la legislatura que termina, los europeos descubrieron que Irlanda permitió al gigante tecnológico Apple pagar 13.000 millones menos de lo que debía en impuestos, que Luxemburgo rebajó durante años las tasas a numerosas multinacionales -el Luxleaks- y que las empresas europeas hacen amplio uso de paraísos fiscales, con escándalos como los Papeles de Panamá.

En este caldo de cultivo, el debate sobre quién y cómo se pagan los impuestos que mantienen las sociedades del bienestar europeas escaló puestos en la agenda comunitaria, sobre todo en la Eurocámara, que creó tres comisiones especiales sobre ello. Llegada la campaña, se ha convertido en elemento clave de unos programas económicos que en las dos legislaturas anteriores se habían centrado en responder a la crisis financiera.

Entre las cuestiones que ponen sobre la mesa los grandes partidos destaca la de cómo acabar con la brecha entre los impuestos que pagan las empresas digitales, en particular los gigantes del sector (9,5 %), y los que abonan las tradicionales (23,2 %). El Partido Popular Europeo (PPE), el Partido Socialista Europeo (PES), los Liberales y Demócratas (ALDE) y los Verdes abogan por introducir un impuesto digital que permita gravar adecuadamente las actividades de unos negocios que han cambiado las reglas del juego.

Los normas actuales, basadas en que las empresas paguen impuestos dónde tienen presencia física, se han quedado obsoletas frente a modelos que generan valor gracias factores intangibles como la actividad de los usuarios, y las formaciones coinciden en que será necesario adaptarlas.

La idea de una tasa, sin embargo, parte con pocos visos de éxito, al menos inmediato, después de que los Gobiernos nacionales hayan sido incapaces de aprobar el impuesto a los gigantes de internet que propuso la Comisión Europea el año pasado y hayan trasladado el debate a la OCDE.

La segunda brecha que quieren recortar los partidos es la que existe entre lo que contribuyen al fisco el ciudadano de a pie, entre un 10 % y un 60 % en IRPF en función del país, y las grandes empresas, que en Estados como Irlanda, Holanda o Luxemburgo no llega al 5 %.

Los liberales proponen fijar un tipo mínimo de impuesto de sociedades a nivel europeo para poner fin a la competencia entre los propios países de la UE, que pugnan por atraer empresas a base de rebajarles la factura fiscal.

La idea es compartida por los Verdes, la Izquierda y los socialistas, pero solo estos últimos, liderados por el holandés Frans Timmermans, se aventuran a dar una cifra: 18 %.

El PPE defiende que las multinacionales no pueden recibir privilegios, pero rechaza fijar un mínimo, mientras que los Conservadores y Reformistas, que agrupan a partidos nacionalistas y euroescépticos, se oponen a cualquier tipo de armonización.

Los ecologistas y la Izquierda proponen también que se introduzca un impuesto europeo a las transacciones financieras, un proyecto que ya se ha intentado sin éxito en el pasado.

A la hora de abordar la evasión de impuestos y la lucha contra los paraísos fiscales, los partidos ponen el acento en mejorar la transparencia sobre las actividades empresariales, reforzando las normas que ya existen para multinacionales y Estados. La Izquierda reclama también más protección para quienes revelan delitos fiscales.

Con excepción de los Verdes, todos han evitado pedir directamente un escrutinio de los propios Estados miembros, pese a que el Parlamento aprobó este año un informe en el que señalaba que Irlanda, Luxemburgo, Holanda, Malta, Chipre, Bélgica y Hungría tienen "características" de paraísos fiscales.

Pese a la sintonía de los partidos en este frente, al menos sobre el papel, en la práctica la Eurocámara tiene las manos atadas en política fiscal, ya que cada país tiene potestad para fijar sus impuestos, la legislación europea es limitada y las decisiones requieren unanimidad de los 28 países.

BREXIT Y PROYECTO EUROPEO

El 'Brexit' también aparece en todos los programas de los partidos españoles. El PSOE dice que la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria deben seguir siendo una prioridad para la UE, especialmente en el escenario postBrexit.

Los populares destacan la importancia de defender los intereses españoles tras el 'Brexit'. "Trabajaremos por una relación estratégica sólida con Londres y defenderemos los derechos de los españoles que viven en Reino Unido", resalta el programa del PP.

Ciudadanos asegura que pondrán los preparativos necesarios para afrontar los efectos del 'Brexit', y que haya una transición ordenada que no afecte a los derechos de los ciudadanos.

Podemos defenderá no participar en ningún acuerdo entre la UE y el Reino Unido que menoscabe derechos de todo tipo de las personas.

POLÍTICA INTERNACIONAL

La importancia de Latinoamérica también está presente en los programas electorales y sobre todo la situación que vive Venezuela.

Los socialistas creen que España debe servir de puente para las relaciones de la UE con Latinoamérica en el ámbito político.

Y debe hacerlo, resalta el PSOE, prestando especial atención a las relaciones con Cuba y con países "en clara deriva autoritaria como Nicaragua y Venezuela", propiciando un proceso pacífico de restablecimiento de las instituciones democráticas en esos países, que comience por la liberación de los presos políticos.

El PP se compromete a defender la libertad y los valores democráticos más allá de las fronteras europeas, especialmente "en aquellos países iberoamericanos que sufren la opresión, como Cuba, Nicaragua o Venezuela".

Ciudadanos garantiza que otorgarán a todos los venezolanos refugiados en España que "huyen de la tiranía de Nicolás Maduro" del Estatuto de Protección Temporal, que les concederá, entre otras cuestiones, un permiso de residencia temporal.

Y exigirá la formación naranja en la UE la prórroga y el endurecimiento de las sanciones impuestas al régimen de Maduro.

SEGURIDAD

Además, el PSOE quiere una Europa "más integrada (federal), más social, más feminista", y llama a conformar una mayoría de izquierdas capaz de elegir al socialista Frans Timmermans como presidente de la Comisión.

El PP apuesta por una "España líder en una Europa fuerte" en su programa para las elecciones europeas y destaca la necesidad de contar con un presupuesto europeo que genere oportunidades.

Cs aboga por reformar la Euroorden para que la libre circulación de personas no pueda ser utilizada por quienes huyen de los tribunales, como han hecho "los líderes del procés fugados".

Vox también reclama la reforma de la Euroorden y la inmediata entrega de Carles Puigdemont y demás fugados.

Podemos por su parte se presenta como alternativa a la "coalición neoliberal" de Macron, Merkel y también Sánchez y al "eje reaccionario" de Salvini, Orban, Le Pen y "las derechas españolas", que pretenden "liquidar los valores y la identidad europeas".

Algunas de las propuestas más destacadas son la sustitución del Tratado de Lisboa por otro texto para "refundar la UE", que el Parlamento Europeo pueda elegir y controlar a los miembros de la Comisión y dotar a la cámara de "capacidad legislativa plena".

Vox por último, que declara en su programa tener "vocación europeísta", quiere que vuelva a ser la Europa de los Estados miembros "y no una Europa de burócratas sin identidad nacional".

MEDIO AMBIENTE

Por otra parte, muchos partidos ven en los impuestos también una herramienta de lucha frente al cambio climático.

Los socialistas proponen una tasa europea a las emisiones de CO2 que pagarían los productores, mientras que los liberales abogan por acabar con las exenciones al sector de la aviación.

Los Verdes piden además impuestos comunitarios sobre los vuelos y los plásticos y que los Estados aumenten las tasas sobre los combustibles fósiles.