El candidato del PSdeG a la Presidencia de la Xunta, Xoaquín Fernández Leiceaga, pidió ayer en Vigo el apoyo de las personas "progresistas, de izquierdas y de corazón socialista" para comenzar a partir del día 25 "un cambio en profundidad" en Galicia. Enfrente, advirtió, el aspirante popular a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, "sólo quiere seguir gobernando" con la vista puesta en poder suceder a Mariano Rajoy.

Lo dijo ante unas 700 personas en el auditorio Mar de Vigo, entre las que estaban su secretario general, Pedro Sánchez, en su segunda jornada consecutiva arropando a Leiceaga por distintos puntos de la comunidad; el alcalde, Abel Caballero, y la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva.

El mitin, el primer acto de campaña en el que coinciden el regidor vigués y Leiceaga tras la polémica abierta por la confección de la candidatura del PSOE en la provincia, comenzó con un minuto de silencio por las víctimas del accidente de tren que tuvo lugar la pasada semana en la vecina localidad de O Porriño.

A continuación, tanto Abel Caballero como Carmela Silva brindaron a Leiceaga un frío recibimiento en el que apenas pronunciaron su nombre ni pidieron el voto expresamente para convertirle en el próximo presidente de la Xunta, algo que sí hizo Pedro Sánchez. Éste lo definió como "un gran socialista" y llamó también a concentrar en él el voto de la izquierda, toda vez que el balance de las mareas es "moderadamente decepcionante".

Más allá de este extremo, Leiceaga pidió el voto desde el convencimiento de que Galicia está hoy "peor" que hace ocho años, cuando Feijóo tomó las riendas de la comunidad.

Al hilo de ello, ha criticó que el mandatario pinte "la Arcadia feliz", algo que no haría, a su juicio, si "escuchase" a los gallegos. En alusión al "banquito azul" que utilizó durante la precampaña para recorrer Galicia, lamentó que no le sirviese para conocer la situación real de la mayoría de gallegos: "A lo mejor sólo se sentaban los azules y no la gente normal", concluyó, convencido de que Feijóo está "fuera de la realidad".

Es en este escenario en el que habló de la "enorme demanda de cambio" que existe en Galicia, algo que, prosiguió, el candidato popular "sabe" y por eso "esconde las siglas" de su cartelería electoral. Sin embargo, advirtió, no tiene "propósito de enmienda".

Por su parte, Pedro Sánchez, quien tuvo que abandonar el mitin antes de su finalización para coger un vuelo a Madrid, bromeó con que toma nota de que Vigo necesita "un avión más".

Al margen de ello, el líder socialista consideró a Feijóo "el mejor alumno del peor Rajoy" y, en consecuencia, apeló a "desterrar" sus políticas y la corrupción que representa con su apoyo, por ejemplo, al presidente de la Diputación de Ourense. "Baltar es a Feijóo lo que Barberá a Rajoy, por eso no le pide la dimisión", reprobó.

El líder socialista hizo hincapié en que cuanto mayor es la crítica al PSOE, "más emerge la verdad y quedan en evidencia los mentirosos" que equiparan el socialismo democrático con la derecha.

Advirtió de que el PSOE tiene que confrontar diferentes "adversarios", uno de ellos el "pensar que da lo mismo" qué partido gobierne, porque "el socialismo abre lo que cierra la derecha". Otro de esos "adversarios" son las encuestas, a las que atribuye la intencionalidad de lanzar el mensaje a la izquierda ideológica que "da igual" y que "no vayan a votar", porque "ganarán los de siempre, el PP".

Sánchez apeló a "los más veteranos", que "saben que en democracia, el futuro no está escrito".