El lanzamiento de dardos dialécticos se incrementa a medida que avanza la campaña hacia el 25-S y quedan menos días para que los fieles a los colores políticos y los no tan fieles, esos 400.000 indecisos que aún no han decidido qué papeleta elegirán el domingo, opten por una u otra opción. El candidato socialista, Xoaquín Fernández Leiceaga, aguantó ayer la embestida que lanzó a primera hora su homólogo del PP, que juega con la ventaja de las encuestas, y sacó a relucir, en el mitin vespertino de Marín, su lado más ocurrente e irónico para mandar mensaje de vuelta y que continúe la batalla oral en los próximos días. Porque a medida que avanza la campaña, que hasta el momento ha sido bastante pacífica, Leiceaga se suelta en los encuentros con potenciales votantes, mezclando críticas a los ocho años de gobierno del Partido Popular, propuestas en materia de sanidad, educación, retorno de jóvenes o empleo, con guiños retranqueiros que arrancan cierta sonrisa a los oyentes. Como el de ayer dedicado al rival en el que ha puesto todas las miras: "Feijóo no quiere ser gaviota".

"Cuando le preguntan qué animal desearía ser, podría decir, paloma, cormorán, arao, pardela, pero nunca gaviota, no quiere", ironizó Leiceaga en alusión a la "ocultación" de siglas en el cartel, en el que se muestra como "el yerno ideal" . "Prefiere la bandera pirata a la del PP", proclamó. Se fijó, además, en los actos paralelos en los últimos días entre Feijóo y Rajoy. "Luego resulta que viene Rajoy y le dice que se saquen las gaviotas a volar", añadió Leiceaga. Pero las espadas ya estaban alzadas desde primera hora de la mañana, cuando Feijóo apuntó que Méndez Romeu (y Beiras) serían rivales más difíciles. Restó relevancia política al candidato socialista y esto tuvo su efecto: "Que Feijóo me desprecie es bueno, un orgullo, porque eso significa que está preocupado, está a la defensiva". "Va de sobrado con sus rivales", añadió. "Me conoce perfectamente, ya debatí con él en 2009", argumentó el candidato socialista, que ayer también tuvo varios guiños sobre la recta final del bipartito: "no se pudo continuar no porque Touriño perdiera diputados sino porque el Bloque bajó". También en una entrevista a primera hora en la Ser Leiceaga expresó que el bipartito falló por "el desencanto de la gente por la falta de profundidad de las reformas acometidas".

Leiceaga defiende la experiencia del bipartito y proclama, casi en cada encuentro, que en el panorama político actual los partidos están llamados a entenderse. En ese punto hace bandera de la experiencia del PSdeG en este terreno. Ayer mismo insistió e instó al público presente en sus actos a que decida, el día 25, entre "la buena y la mala política; hay que olvidar eso de la vieja y la nueva política".