Cuando Alberto Núñez Feijóo cerró en 2009 la campaña electoral en Ourense y vio el llenazo del pabellón de Os Remedios, supo que la victoria estaba cerca. Y de la misma manera, ayer, ante más de dos mil personas reunidas esta vez en Expourense -el segundo mitin más multitudinario después del de la plaza de Toros de Pontevedra- el candidato del PP gallego a la Xunta lo vio claro: "La mayoría absoluta la estamos tocando con los dedos. Si Ourense consigue el resultado excepcional que esperamos la podemos conseguir".

Y el presidente provincial del partido y titular de la Diputación, Manuel Baltar, le prometió que en Ourense "no hay mareas, hay ríos y van a venir llenos de votos para el PP gallego". En un momento en el que está en el ojo del huracán por la investigación abierta en su contra por prometer trabajo a una mujer supuestamente a cambio de sexo y justo cuando Ciudadanos pide su cabeza a cambio de apoyar a los populares en caso de que pierdan la mayoría absoluta, el barón ourensano sacó músculo ante Feijóo. Recordó que Ourense es la segunda provincia de España con más apoyo al PP y que el 40% de los alcaldes que tienen los populares son de concellos ourensanos. "Que son los que hacen política de contacto con los vecinos y nos hacen ganar elecciones", apostilló. Baltar promete mejorar en su feudo los resultados de las últimas elecciones autonómicas, lo que reforzaría su peso en el partido.

Vídeo de Rajoy

En esta campaña el barón popular recorrió Ourense junto al líder del PP, Mariano Rajoy, y así lo exhibió en un vídeo en el mitin, donde además el dirigente estatal elogia al PP ourensano y anima a seguir trabajando para la victoria. Feijóo compartió así escenario, aunque fuese a través de imágenes, con el presidente del partido, con quien está haciendo campaña por separado.

En el mitin de ayer de Ourense, a donde acudieron la madre y la hermana del candidato popular, Feijóo instó a "los que impiden la gobernabilidad en España a mirar para Galicia". "España tiene que aprender de Galicia", clamó en alusión a la forma en la que se gestionó la crisis y a la estabilidad que hay en esta comunidad.

En la recta final de la campaña el PP gallego se ha lanzado a por el voto de los indecisos de otros partidos. Su objetivo es convencer a dos tercios de los votantes de Ciudadanos y a la mitad de los electores socialistas que, según los sondeos que manejan los populares, todavía dudan a quien apoyar el 25-S. Es por ello que Feijóo apela en cada mitin al voto útil de los simpatizantes de Ciudadanos para frenar el populismo y a los desencantados del PSdeG.

Pero además los populares reforzarán esta estrategia desde hoy con la distribución de propaganda en la que traslada que, fuera del PP, si se vota a otro partido no sería suficiente para sacar adelante algunas medidas puesto que se requerirá que estén de acuerdo varias fuerzas. Para visualizarlo se entregarán unos tarjetones de "rasca y gana", en los que para obtener premio hay que rascar cinco círculos y obtener cinco coincidencias. Solo así, según aparece en los panfletos, se conseguirá una educación pública plurilingüe o rebajas de impuestos. El objetivo son los votantes de Ciudadanos y PSdeG que no han fidelizado su voto y que están indecisos. Se repartirán más de un millar de tarjetas por las ciudades. El respaldo de estos sectores se ha convertido en fundamental para el PP gallego para asegurarse la mayoría absoluta, que podría desvanecerse si C's araña votos que no se transforman en escaños y no consiguen atraer el voto moderado de los socialistas.

Y en su intento por convencer a los que simpatizan con el partido de Albert Rivera, el candidato del PP gallegos a la Xunta -que además en algunos mítines, como el de Ferrol, ha utilizado el castellano para su discurso- les ofrece poner freno al populismo y que nunca les hará elegir entre Galicia y España.

Pero Feijóo no descuida tampoco el rural, donde tiene su principal caladero de votos, y donde quiere contrarrestar el posible descontento por la crisis del sector lácteo. Para ello, el candidato popular se esfuerza en mostrarse como un hombre de aldea, apegado al rural frente a otros que "solo hablan del campo a través de Twitter" y que "lo más parecido que han visto a un prado es el césped de la Complutense".

Y para escenificarlo el candidato popular se plantó en O Saviñao, en plena zona ganadera. No sin antes perderse por las corredoiras de este concello lucense, próximo a los Cañones del Sil, pero consiguió llegar a su destino, en el medio del monte, donde la única señal de civilización eran unos tanques de agua de la traída y una antena de televisión. Al fondo, la niebla apenas dejaba divisar las vacas de una explotación ganadera pastando en un prado y custodiadas por dos mastines. Y Feijóo, al lado del dueño de las reses, Roberto, proclamó que la próxima legislatura va a ser la del rural.

Feijóo explicó que los retos de apostar por la calidad de los productos del sector agrario y ahondar en la reestructuración de las explotaciones agrarias.