En Marea comenzó ayer a elaborar un discurso autocrítico al no alcanzar el impacto electoral que esperaba y que vaticinaban las encuestas. El alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, achacó el resultado a la puesta en marcha de En Marea "en tiempo récord", penalizada por el adelanto electoral. "Seguramente algún error de campaña habría para que las cosas no saliesen todo lo bien que pudieron", añadió antes de explicar que los 14 escaños logrados "no fueron del todo malos".

Ferreiro también remarcó que En Marea es "autónoma" respecto a Podemos, si bien el "ruido no es bueno en campaña", en alusión a la discusión entre Iglesias y Errejón.

Más crítico se mostró el regidor de Ferrol, Jorge Suárez, que reconoció su "decepción". "No logramos movilizar a nuestra gente y por eso no puede evaluarse como un éxito en ninguno de los casos, y por ello estamos bastante decepcionados con el resultado, porque Feijóo va a continuar siendo presidente otros cuatro años", lamentó. Su homólogo en Santiago, Martiño Noriega, rechazó el catastrofismo. "Nos toca no flagelarnos más de lo que nos flagelan desde fuera", declaró.

Por su parte, la número 3 de Podemos, Carolina Bescansa, reconoció su sabor "agridulce" tras el 25-S y vinculó la victoria del PP a la brecha generacional. "Hay dos Galicias diferentes, la de los menores de 45 años y la de los mayores de esa edad", indicó. Carmen Santos anunció que En Marea "dará la batalla si el PP quiere abusar de su mayoría absoluta".