Los resultados del 25-S son para el PP gallego "indiscutiblemente buenos y excepcionales". Así lo proclamó ayer el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, ante la junta directiva del partido. Pero también lanzó un aviso: "sería un error caer en la autocomplacencia". Y por eso puso deberes a su formación. "El PP no puede parar y debe seguir exigiéndose cada vez más", advirtió. Además de mantenerse "a pie de calle", Feijóo anunció que continuará con la renovación del partido. Después de cambiar la dirección gallega y a tres de los cuatro presidentes provinciales, le toca ahora el turno a los equipos municipales.

El PP gallego fijará el calendario de los congresos locales que quedan pendientes, entre ellos el de Vigo donde la dirección local lleva en situación de interinidad desde hace casi dos años. El presidente del PP local, José Manuel Figueroa, se mantiene en el puesto de manera prorrogada al retrasarse el congreso en varias ocasiones. Y por eso será una de las prioridades. El cónclave para designar a la dirección del PP de Vigo se celebrará antes de que finalice el año, salvo que sea necesario repetir las elecciones generales. En ese caso, habría que posponerlo.

La intención de Feijóo es mantener la fórmula que adoptaron tras la caída electoral sufrida en las elecciones municipales y en las generales -renovación de equipos, políticas y actitudes- y que le ha servido para remontar y aumentar su respaldo el 25-S.

La renovación consistirá en incorporar "a gente joven y formada" que no está ahora en el partido. "No les pediremos carné, ni fidelidad ni servilismos, solo inteligencia, sacrificio y que se pongan a disposición de los demás".

Feijóo cree que "hay que abrir las puertas del partido", incluso a los votantes de otras fuerzas. "A las 24 horas de celebrarse las elecciones hay gente que ya está decepcionada con los partidos a los que votaron. Empieza a haber votantes huérfanos", describió el líder de los populares.

El presidente del PP gallego cree hay que "hay que empezar a preparar hoy las elecciones autonómicas de 2020" y estar preparado para las próximas municipales y por si se repiten otras generales. Y recordó que los populares recuperaron la confianza que perdieron en 2015 cuando "volvieron a la calle y conectaron con la gente". Y, por eso, Feijóo quiere seguir en esa línea.

Después de recorrerse durante el verano pueblos y aldeas de Galicia en los que instaló un banco azul para conversar con los vecinos, el líder del PP gallego se comprometió a mantener ese contacto directo con los gallegos, en un formato aún por decidir, durante los próximos cuatro años. Así, Feijóo recalcó a los suyos la importancia de "hablar con la gente". "A los gobiernos que no comunican bien, su pueblo no los entiende", advirtió.

Y también lanzó otra consigna: "humildad". "Debe ser la contraseña de cualquier actitud de un representante del PP", defendió. La clave de que ganaran el 25-S es que el partido se presentó "unido, trabajó sin descanso y con ilusión". Y además funcionaron los nuevos "fichajes" del PP gallego tras el varapalo de las municipales y las generales.