El desgaste de 11 años consecutivos al frente de la Xunta, enfrentándose a la crisis financiera durante los primeros ejercicios que se saldaron con recortes presupuestarios, no parece hacer mella en la opinión ciudadana sobre la gestión de Alberto Núñez Feijóo (PP) durante la pasada legislatura, al margen de las actuaciones para contener la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2. Su nota media es del 5,9, según la encuesta de Gesop para LA OPINIÓN A CORUÑA.

Casi uno de cada cuatro gallegos suspende sus actuaciones al frente de una administración autonómica a cuyo Consello de la Xunta llegó en 2003 cuando Manuel Fraga le nombró conselleiro de Política Territorial y del que desde entonces solo estuvo ausente durante el bipartito (2005-09), mientras que el resto lo dan por bueno. El 31,2% le concede un aprobado, cifra ligeramente inferior al 31,9% que eleva la nota al notable y el 10,4% le da un sobresaliente.

En este punto, Feijóo se sitúa como una figura consolidada no solo entre sus votantes, sino también entre los partidarios del PSdeG. De acuerdo con el estudio de Gesop, los ciudadanos que votaron al PP consideran que su gestión durante los últimos cuatro años merece un 7,6 de nota media, pero también le conceden un aprobado quienes eligieron entonces la papeleta socialista (5 de nota), lo que permite a Feijóo tratar de lanzar sus redes para pescar en el caladero de votos del PSdeG. Hace un par de días, les pidió explícitamente su apoyo. Solo quienes en septiembre de 2016 se decantaron por En Marea y BNG suspenden al candidato del PP gallego a la reelección, concediéndole un 4 y un 4,1, respectivamente.

El análisis territorial de la opinión ciudadana sobre el trabajo realizado por el Ejecutivo gallego durante los últimos cuatro años refleja el problema del PP en la provincia de Pontevedra, relativo si se tiene en cuenta que el sondeo de Gesop realizado para LA OPINIÓN vaticina una supermayoría para Feijóo, que rondaría entre los 41 y los 43 diputados, es decir, al menos igualaría sus últimos resultados electorales autonómicos y contaría con holgura para gobernar de nuevo con mayoría absoluta.

En Pontevedra la nota media del Ejecutivo autonómico se sitúa en el 5,7, cuatro décimas menos que el 6,1 de Ourense, la nota más alta de todas. En A Coruña, la valoración alcanza el 5,9, una décima menos que en Lugo. Por tanto, aunque por estrecho margen, los trabajos realizados por la Xunta esta legislatura son peor considerados en el Eje Atlántico que en la Galicia interior, donde el PP logra siempre mejores resultados. En A Coruña y Pontevedra se sitúan la mayor parte de núcleos urbanos, donde el PP cosecha peores resultados dentro de su hegemonía como primera fuerza en una cita con las urnas de carácter autonómico.