Cómo invertir la pirámide invertida en Galicia: de las ayudas a la crianza a atraer inmigrantes

El reto demográfico es “la ecuación más difícil de despejar” | Expertos plantean reforzar los servicios sociales municipales para atender a mayores en su hogar y fomentar servicios metropolitanos

Viandantes en una ciudad gallega.

Viandantes en una ciudad gallega. / MARTA G. BREA

Elena Ocampo

A Coruña

Un inconfundible sollozo neonatal. A medio camino entre lloro y gemido. Ese quejido que ya no resuena en los muros de piedra del rural gallego, donde los bebés parecen estar en vías de extinción, ya tampoco se escucha a diario en los edificios. En las urbes nacen menos niños. Vienen al mundo menos gallegos y sobreviven más mayores. ¿Quién le iba a decir a nuestros bisabuelos que un día se extrañaría el alboroto infantil en una comunidad de vecinos? Los peleles a secar en un tendal. Ese carrito que ya no está en el portal donde, sin embargo, cada vez más hay elevadores adaptados para personas en sillas de ruedas.

El dibujo de una demografía que prácticamente se iguala en los primeros eslabones de edad la vida al grosor de los últimos peldaños de la pirámide, y cuya cúspide se ensancha hacia la longevidad en Galicia. ¿Cómo invertir esa pirámide invertida? La pregunta, que suena a trabalenguas, “tiene una incógnita difícil de despejar”. Tanto es así, que se ha convertido en uno de los mayores retos de futuro en Galicia, aunque tampoco es ajeno a otras zonas de España y Europa. Un desafío sobre la mesa para quien salga de las urnas el 18-F.

Proyección de la población de Galicia hasta 2037

Proyección de la población de Galicia hasta 2037 / Hugo Barreiro

LA OPINIÓN ha consultado a profesores en Demografía, Geografía humana y Economía para plantear posibles soluciones; la asistencia a ese mapa humano actual, que promete tensionar, cada vez más, las estructuras sanitarias, sociales y recursos del país. A toda vista, la fórmula se antoja compleja. Tanto es así que algún experto al que recurrió este medio aseguró “haber tirado la toalla” ante la escasa atención que se presta —en sus palabras— al tema social de mayor trascendencia de nuestra época.

El catedrático de Geografía Humana de la Universidade de Santiago (USC), Carlos Ferrás, reconoce la inmensa importancia del desafío demográfico. Y, entre las soluciones que plantea, se encuentra un Plan Retorna más ambicioso que el actualmente puesto en marcha por la Xunta. En su planteamiento, las necesidades exigen trabajar en dos pilares básicos: la política demográfica y la política de familia y fecundidad.

Ferrás asegura que “habría que dotar a ese Plan para migrantes de empleo con ayudas en origen, un proceso ordenado, respetando a todos y que se extienda no solo a los descendientes de gallegos, si no a países en vías de desarrollo, como a través de cooperación internacional”.

Conviene abrir un nuevo capítulo financiero para fortalecer la estructura demográfica, indicó Patricio Sánchez.

En lo que respecta a la política para mejorar la natalidad, el experto en Geografía humana Carlos Ferrás, alude a abandonar “la instrucción natalista” de apoyar simplemente las ayudas al primer año de vida del bebé que se efectúan en la actualidad. Imitando a los países nórdicos, así como a Irlanda o Francia, propone ayudas para crianza de los niños. Incluso hasta los 18 años. “Algunos países ya apuestan por las ayudas a la crianza y lo veo altamente positivo: hasta 200 € para apostar por la ayuda a las familias e los primeros años de vida... y hasta la mayoría de edad”. Este proyecto sería diferente al actual, que redunda en el momento del nacimiento y los meses que rodean la vida del bebé únicamente.

Otra de las patas importantes, para el profesor Ferrás, se sitúa en las políticas de cohesión territorial y la comunicación de Eixo Atlántico. “Es un desafío apostar por el transporte para que equilibre el mercado de trabajo y revisar el mapa de las 53 comarcas, para favorecer el flujo de las áreas metropolitanas”, alega.

Pero, sin duda, uno de los puntos más sorprendentes a los que alude el experto en población, llega de mano de las propiedades en el rural. “Se podría plantear una permuta de las propiedades del rural, para atraer personas mayores a vivir a los alrededores de las medianas ciudades y villas gallegas”. Este proyecto favorecería, en la opinión del profesor Ferrás, a que los mayores no se quedasen solos en núcleos deshabitados. Frente a la política de “sensores” y alarmas para monitorizar a nuestros ancianos, el experto plantea reforzar los servicios sociales. “Habría que caminar hacia servicios sociales municipales, más eficientes y poner en valor las pensiones”, alega el experto.

El rural, al centro

La profesora de Ciencia Política en la USC Paloma Castro alude al reto demográfico como uno de los desafíos a lo que tendrá que hacer frente el próximo presidente de la Xunta. Así lo demuestra el continuo abandono de las aldeas y villas por parte de los ciudadanos más jóvenes, que se ven atraídos por las oportunidades, no solo laborales, sino también de servicios, que les ofrecen las grandes ciudades. “Pero el abandono del rural no representa solo un problema en términos de población y de su envejecimiento, sino que tiene consecuencias negativas en cuestiones como la conservación del territorio, el desarrollo de las políticas medioambientales y el mantenimiento del patrimonio paisajístico y cultural de Galicia”, añade la joven profesora.

“Sin embargo, se trata de una problemática de difícil solución que no pasa tanto por el fomento de la natalidad, como por la reestructuración de los modelos territoriales que se están desarrollando”, opina Castro. “De hecho, el pasado año, el Equipo de Investigaciones Políticas de la USC, del que formo parte, participó en el proyecto europeo “Small and Medium-sized towns and cities in Spain”, una iniciativa que se enmarca dentro del programa ESPON, financiado por la Unión Europea, para el apoyo a las autoridades públicas responsables de diseñar políticas territoriales.

Con este programa, añade Paloma Castro, se proponen el fortalecimiento de las ciudades de pequeño y mediano tamaño a través de la implementación de políticas públicas que actúen de retención de la población, sobre todo, del entorno rural. Dicho de otra forma, se trata de concentrar los esfuerzos en la construcción y renovación de las infraestructuras, en la mejora de la movilidad, en la extensión de las tecnologías digitales y, por supuesto, en el refuerzo de los servicios de sanidad y educación para que estas ciudades sirvan de anclaje de la población y eviten la continua emigración, sobre todo, de los más jóvenes, desde los pueblos a las ciudades.

“Se trata de conectar y de crear redes de servicios públicos entre lo rural y las ciudades de pequeño y mediano tamaño para que las aldeas, pueblos y las villas conserven la población y no se conviertan en territorios viejos, en los que los más mayores no reciban la mejor atención”, alega. No se trata solo incrementar los nuevos nacimientos, sino de reequilibrar la estructura de la población residente en el rural, y esto “solo puede ser posible mediante el desarrollo de políticas públicas”, aseguran. “Solo apoyando y poniendo en valor el estilo y la calidad de vida del entorno rural será posible hacer frente al reto demográfico”, resume.

“Habría que movilizar a 20.000 jóvenes, principalmente de Latinoamérica”

“Aún no somos conscientes de las dificultades que supone (y supondrá) una sociedad avejentada”. En cuanto a las medidas a tomar, el profesor de Economía financiera Patricio Sánchez señala a un documento del Foro Económico de Galicia, cuyas cifras “siguen estando plenamente vigentes”. Estas medidas se concretan en el fomento de la natalidad con la “atracción” de 20.000 jóvenes , principalmente de Latinoamérica aprovechando la gran conexión existente entre emigración e inmigración; así como aumentar en un 10% las escuelas infantiles de Galicia. “Con el objetivo a largo plazo de elevar la fecundidad y la inmigración y articulando un amplio consenso político y social, tanto sobre el diagnóstico como sobre las vías de solución”, plantean “modificar las condiciones institucionales del mercado de trabajo para corregir decisivamente el elevado dualismo que lo caracteriza, que hace pagar al segmento menos protegido en forma de no renovación de los contratos a carga de las dificultades empresariales. La reforma debería fomentar el ajuste vía tiempo de trabajo, favoreciendo la flexibilidad interna a las empresas”. También “ajustar el nivel educativo a las necesidades de un aparato productivo con superiores niveles de productividad. “Habría que facilitar el retorno de emigrantes y la implantación de proyectos empresariales e inversiones de los gallegos emigrados y de sus descendientes, en Galicia, así como potenciar la acogida de familias de emigrantes con la simplificación administrativa —localización de propiedades, reparto de herencias, bonificaciones fiscales que permitan la rehabilitación de viviendas y la puesta en producción de tierras o proyectos de autoempleo—. Y también en el campo universitario captar alumnado de origen o vinculación gallega, en países con presencia de gallegos emigrados.

Y este es, precisamente, un aspecto coincidente con el que nombra el profesor de Economía Financiera de la Universidad de Vigo, Patricio Sánchez: un grupo de expertos trabajaron hace una década para hacer propuestas y concluyeron que habría que septuplicar el Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) para que Galicia pudiera paliar los costes de la vejez sobre las políticas sanitarias y sociales. “Lo primero que me atrevo a afirmar con respecto al reto demográfico es que es uno de los principales problemas económicos de ámbito social que tiene Galicia en el horizonte de las de las próximas décadas.

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