¿Cómo afectan las elecciones generales del 20 de diciembre a la ciudad? Hay ocho escaños reservados en el Congreso para la provincia y de quien los ocupe y de quien llegue a gobernar el Estado dependerán las decisiones que se tomen durante los próximos cuatro años sobre el futuro de la ciudad. Los programas de las elecciones generales no entran a analizar casos concretos, obviamente no van a hablar de baches y aceras en los barrios, pero algunos sí que dejan entrever cuál será su posición en cuanto a temas que afectan a la ciudad, como la política aeroportuaria, el desarrollo de la Universidad o las infraestructuras a desarrollar.

Las elecciones generales del 20 de diciembre cogen a la ciudad con varios temas sin resolver en las mesas de los ministerios. Está pendiente de publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el proyecto de dragado de la ría de O Burgo. El Estado presupuestó un millón de euros para este fin en 2016 y siete hasta 2019. Es una actuación que siempre ha estado ahí, se ha perpetuado en los programas electorales, aunque todavía no se ha ejecutado. Están sobre la mesa los accesos al puerto exterior y la conexión por ferrocarril, que no tiene todavía proyecto.

Pendiente de lo que se diga desde Madrid están también las ampliaciones de Alfonso Molina y el puente de A Pasaxe. En el caso de la reformulación del tráfico en Lavedra -que pagará Audasa a cambio de subidas en el peaje- el Gobierno local pretende introducir cambios, tener más árboles, calmar el tráfico y que se parezca más a una calle que a una autopista. La ministra de Fomento, Ana Pastor, ha accedido a que haya modificaciones en el proyecto y se dulcifique la entrada en la ciudad, aunque sin dar el visto bueno a todas las propuestas. De quien ocupe ese sillón tras el 20 de diciembre dependerá que el proyecto sea más o menos verde.

El aspecto que tendrá la fachada marítima de la ciudad también depende de las decisiones que se tomen en Madrid. Y es que, la financiación de punta Langosteira puede ser asumida por Puertos del Estado, como en la dársena exterior de Gijón, y no necesitar de la venta de los muelles interiores para hacer frente a una parte del gasto, como se había previsto al iniciar el proyecto.

La política aeroportuaria depende también de Fomento, ya que es el órgano que convoca el Comité de Coordinación Aeroportuaria. Lo que ahí se decida afectará a Alvedro, que puede apostar por el tráfico internacional o verse relegado a ser un aeródromo doméstico. La remodelación de la terminal, que está recogida en los presupuestos del Estado, también está pendiente de ejecución.

La estación intermodal, que tiene como objetivo facilitar que los usuarios del transporte público puedan pasar del tren al autobús sin cambiar de edificio, también es un proyecto que precisa el visto bueno del Gobierno central.