Género y política son dos mundos indisociables y las desigualdades del primero se manifiestan en el segundo. Aunque los últimos datos oficiales apuntan a que las mujeres representan algo más de la mitad de la población del Estado, la cartelería electoral que inunda desde ayer las calles está plagada de aspirantes a presidente con rostro masculino.

Los desequilibrios, sin embargo, se suavizan para los escaños que en los pasillos del Congreso de los Diputados se conocen como "de provincias". Al menos en el caso de A Coruña. De las 12 candidaturas que competirán por repartirse las ocho actas de diputado de la circunscripción, todas ellas respetan un escrupuloso reparto del 50% entre hombres y mujeres.

Las diferencias, sin embargo, se perciben en los puestos que las candidatas ocupan dentro de la lista. Solo cinco primeros puestos de un total de 12 son ocupados por una mujer, siendo el PSOE el único de los grandes partidos con una cabeza de cartel mujer por la provincia, Pilar Cancela. El resto de los que cumplen con este criterio de llevar mujeres en el primer puesto son pequeñas formaciones con posibilidades remotas de obtener representación, como Solidaridad y Autogestión Internacionalista (SAIn), Recortes Cero-Grupo Verde, Partido da Terra y Vox.

La ley actual solo establece que ninguno de los dos sexos puede tener una representación superior al 60% con el fin de que las candidaturas sean "equilibradas". Este sistema se viene aplicando en las listas electorales españolas desde 2007, cuando la Ley de Igualdad del Ejecutivo de Zapatero la instauró. El PP recurrió aquella ley, pero el Tribunal Constitucional finalmente la avaló.

Esa norma, sin embargo, no obliga a que mujeres y hombres se sucedan alternativamente en la lista. Lo que único que se fija es que, en cada tramo de cinco puestos, haya un reparto del 60%-40%, de modo que si en una candidatura los primeros tres puestos están ocupados por hombres y los dos siguientes por mujeres, la lista cumple la ley, pero después puede ocurrir que solo los tres primeros logren escaño y sean todos hombres.

Distribuciones de este tipo se dan en algunas de las listas de las formaciones que llegan más fuertes a la cita con las urnas. En el caso de Ciudadanos, por ejemplo, son dos hombres, Antonio Rodríguez y Javier Jesús Ramón Chouza, quienes ocupan el primer y el segundo lugar de una lista a la que el último barómetro del CIS le otorgaba un escaño por A Coruña. Algo similar ocurre con la lista de En Marea, la candidatura que integran Podemos, Esquerda Unida, Anova y el conocido como Encontro Cidadán por unha Marea Galega. En ella, el tercer y cuarto puesto están ocupados por hombres, el politólogo Xaime Subiela y el activista animalista Rubén Pérez, si bien a continuación el quinto, sexto y séptimo puesto lo ocupan solo mujeres, Flora Miranda, Gladys Afonso y María José Bóveda, respectivamente.

La regulación de las listas no es, sin embargo, un debate cerrado. El PSOE propuso en 2013 modificar la legislación para dar un paso más y obligar a todos los partidos a respetar un sistema de listas cremallera, es decir, las mujeres ocupando los puestos pares y los hombres los impares, o viceversa. El candidato de Ciudadanos a la Presidencia del Gobierno, Albert Rivera, cuestionó el sistema de cuotas para fomentar la presencia de mujeres en la esfera pública.